El llamado "momento"

[Tisbe]

Llega entonces el llamado ?momento?. El momento en el que te dan ganas de mandar todo lejos y comenzar de nuevo pero sin saber nada de lo que has dejado atrás. Se ha muerto. Nada más. Pero es que a la vez? es una solución tan cobarde? es como ponerle fin a todo y no contar con que todo pueda tomar una resolución distinta a la que parece que va tomar, no sé si me explico. Es como si plantas una semilla y te cansas de esperar una semana, dos, tres y no sale nada y tú piensas: ?O la tierra es ácida o la semilla no estaba bien.? Y cuando te dispones a tirarla ves que por fuera todo parece que está bien y a lo mejor decides revolver un poco entre la tierra y descubres que la semilla está empezando a germinar pero muy lentamente y entonces no la tiras, pero ¿no era más fácil haberla tirado al no cumplir las expectativas deseadas? No sé, creo que me estoy liando bastante? Dime tú algo. ? Ena se acercó la copa a los labios y bebió un trago despacio. Movió la cabeza como queriendo espantar alguna clase de bicho y miró directamente a su interlocutor. Él la miró despacio y exhalando lentamente el humo del cigarro hizo un gesto como de no tener nada que decir, una especie de encogimiento de hombros. Dio otra calada con la misma parsimonia que antes, parecía que masticaba las palabras de Ena con la intención de no perder ningún matiz de lo que ésta le había dicho.
?Yo creo que eso es una soberana tontería. ? Declaró tajante. Ena le miró sin comprender. ?Pienso que lo mismo podías haber tirado la maceta a la basura, ¿quién sabe? A lo mejor plantabas otra que crecía enseguida y te daba flores más bonitas, es algo muy relativo. No puedes? No deberías plantearte las cosas así, sólo conseguirás esperar y esperar y quizá tal vez la semilla nunca germine y mientras tanto habrás perdido el tiempo en plantar otras semillas y habrás perdido contemplar las flores que darían esas hipotéticas plantas.
?O podría ser que ninguna germinase o que sólo germinase una. ?Ena movió otra vez la cabeza bruscamente.
?Claro, el maravilloso mundo de la contingencia. Él sonrió con la mitad de la sonrisa y Ena volvió a beber.
Hacía fresco pero Ena se estiró por completo en el suelo y contempló el cielo, la luna menguante lo iluminaba a pesar de los espesos nubarrones que se acercaban por el oeste.
?Te vas a llenar el pelo de arena.
?No me importa.
?Ah, bueno, pues allá tú entonces, luego no te quejes.
?No me quejaré.
?Estoy seguro de que lo harás.
?No lo haré.
?Sí que lo harás. ?Ena se incorporó de nuevo y tomo la copa, ya vacía entre los dedos de la mano izquierda. ?Más. ?Él le sirvió un poquito más. ? ¿Sólo eso? ¡Bah! Un poco más. No seas tacaño.
?Cuando te acabes eso. ?Ena lo bebió de un trago.
?Bruta. ?Allá en el horizonte se empezaba a perfilar un destello anaranjado, amanecía y el mar brillaba tenuemente con un resplandor amarillento. Él sirvió un poco más a Ena, pero ella no se dio cuenta. Se levantó lentamente y avanzó hasta llegar a la orilla, las olas tocaron sus pies. ? ¡Qué fría! ?Ena volvió junto a él. ?Está helada.
Seguramente terminaríamos la velada en su casa y ella prepararía café y tostadas o no, o se iría a la cama y me dejaría en el salón con cara de imbécil como si yo le importase un pimiento, como si no significase nada, como si le diese igual que fuese yo que cualquier otro. Circunstancial, por supuesto, no es que no le importe que sea yo y no otro, si no que si no nos hubiésemos conocido pues seguramente aquí, ahora estaría cualquier otro en las mismas, tal vez no se preguntaría esto, pero estaría aquí sentado con cara de idiota, como yo tal vez luego lo estaré. ?Él se levantó y sujetando a Ena por la cintura la obligó a levantarse, se tambaleaba ligeramente. ?Estás completamente borracha.
? ¿Yo? ¿Borracha? Ni hablar. ?Arrastraba un poco las palabras.
?Sí, tú, borracha. Como una auténtica cuba, mi niña.
? ¡Qué va! Sólo estoy un poco achispada, tal vez? Me he bebido yo sola todo el vino? Tú ni lo has probado? Estaba buenísimo. ?Él suspiró y la obligó a avanzar, parecía que el viento marino la hacía despejarse un poco. ?Iremos a mi casa, ¿no?
El primer tren hacia la ciudad salía a las 6 y media de la mañana, cuando llegaron a la estación aún estaba cerrada.


Quería saber si me merece la pena o no continuar con esto. Me explico: esto no es ni un principio ni un final, es un intermedio de algo, pero no sé si merece la pena o no continuar...

[Shalafi]

Es muy bonito, pero como bien tú dices, le falta contexto, nena. ¡Ánimo, seguro que haces una historia linda!