Creo que podría ser el pálpito de cualquier peligro, a orillas de un perro con más pulgas que pellejo; dormida en el corazón de un asesino que mata por placer, porque por placer matamos el tiempo, y con él, a nosotros mismos.
Ansío saber qué se siente siendo la voz del que siempre está callado, del inexistente para los que juguetean entre líneas con el desparpajo, ser su silencio y su impulso, sentirme mera observadora desde sus miedos admirando las proezas del charlatán.
Tal vez, ser los ojos cristalinos de las madres satisfechas, desde donde revienta el egoísmo que se origina en las entrañas, ser el ser que nace para abrazar a las desgracias y parir impertinencias. Y, sin embargo aquí, en las palmas de mis manos, aparecen sin alboroto las arrugas de la vejez temprana, las palabras que no supe pronunciar, la exclamación de dieciséis preguntas que me señalan con las uñas carcomidas, susurrándose unas a otras mis leves y dolorosas desdichas.
Las respuestas... en las plantas de los pies.
“Las respuestas... en las plantas de los pies”
¿Quién está conectado?
Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 4 invitados