Doce minutos de ti

[Quayle]

La junta fogosa de mis párpados
sincera y callada
arremete contra mis pupilas
privándolas
con su sonrisa llameante,
de las pinceladas
de invierno
en calor acogedor,
de la acurrucada imágen de niño,
de la boscosa carne
que aprieto con las manos viejas
hasta tus costillas
espectantes y mironas,
porque tan pilla
quiere que sus amigas pestañas
sean las primeras
que después de rozarte los labios
suban rápido por tu nariz
en fugaces correteos,
de paradas, vueltas y marchas atrás,
hasta besar
con los últimos suspiros
de sus primeros intentos de caricia
en la susurrante noche,
a tus misteriosos,
llenos y vacíos
a rebosar,
ojos de lluvia.

Y allí aguacero
de maceta,
tierra sobre agua,
calor sobre invierno,
me decrezco
para ser aún más.

Ser de la mitad de tu mirada,
ser un cuenco
vacío de todo,
en el que tu piel
de manto para luna,
de noche para cielo,
me deje la limosna
con la que pueda ensuciar
los besos míos,
que por ser tan lentos,
les cueste llegar,
si no es arrastrandose,
hasta los áridos rincones
de tu tangible alma enmarañada.

Y sobre mí,
los cantares de las pusilánimes ramas
de los actores campos
con sus árboles de música
y su viento acompasado.

Sobre nosotros,
el aroma perenne de sus estambres
que nos arropaban de colores
con tonos bailarines
y vaivenes incontrolables.

Sobre todo,
tú.

[ralde]

para ser aún más,
ser de la mitad de tu mirada,
ser un cuenco
vacío de todo,


Y sobre mí,
los cantares de las pusilánimes ramas
de los actores campos
con sus árboles de música
y su viento acompasado.
Sobre nosotros,
el aroma perenne de sus estambres
que nos arropaban de colores
con tonos bailarines
y vaivenes incontrolables.
Sobre todo,
tú.

muy bueno jerbin