Me vine abajo... lo único que quería era tocarte, poder acariciar ese envoltorio que rodea tu corazón y abrirme paso hacia él. Pero no podía, tenía que admitir que la distancia era demasiada, asique me sente en el suelo y te hablé, te conté amores y desamores, alegrías y tristezas, victorias y derrotas, y te ví de otra manera. Cada noche necesitaba hablarte, contarte cada instante de mi vida y entonces lo comprendí todo... ¡¡¡era tan sencillo!!!... amistad. Había encontrado en tí un tesoro y me sentí afortunado, porque a pesar de la distancia, nadie podría arrebatarnos esa amistad, nadie... Eso era algo entre nosotros, entre tú y yo...
Por eso cada noche antes de acostarme, miro al cielo y hablando a la estrella más lejana de la constelación de Aries me siento feliz, porque lo que ha unido el rock & roll que no lo separe el amor... amiga
