Anarquismo, ¿contra el Derecho?
(...) La palabra ?anarquÃa? proviene, etimológicamente, del griego: a (negativo), arkheim (autoridad). El concepto de Anarquismo no es tan difÃcil de comprender; básicamente es la negación de todo poder polÃtico y económico que someta al hombre a otro hombre.Puede concebirse al anarquismo como una corriente de pensamiento que se caracteriza por oponerse a las instituciones que nuestra sociedad conoce, tales como la familia, la propiedad, la religión, la educación formal, la fábrica y el Estado; mas puede resumirse todo esto en la oposición al Derecho que las crea. No obstante, en esta monografÃa intentaré demostrar que no es cierto que los anarquistas se oponen a todo éste, sino sólo al orden jurÃdico positivo vigente, y desarrollan una teorÃa del Derecho y la justicia diferente.
La teorÃa de la justicia ácrata se basa en una concepción antropológica diferente a la que da origen a nuestro ordenamiento jurÃdico derivando en un concepto de libertad social y no individual que da como resultado un Derecho no coactivo ni represivo, sino libertario, que busca evitar los conflictos en lugar de castigarlos autoritariamente.
(...)Por mi parte, voy a adherir a la concepción de Derecho que da la escuela crÃtica en la que podemos encuadrar a pensadores como Duncan Kennedy. Sostengo la tesis de que el Derecho es una herramienta social que se utiliza para producir y reproducir el sistema de dominación imperante. Como herramienta, el Derecho también puede ser utilizado para modificar el sistema dominante, aunque no debemos esperar que este comportamiento vaya a provenir de quienes detentan el poder.
(...)Si bien existen tantos anarquismos como anarquistas, todos coinciden en algo: la negación del gobierno del hombre por el hombre, del Estado y, por tanto, del Derecho que le da origen. Creer que éstos son necesarios para paliar los conflictos sociales es incurrir en un error. El Derecho y las prisiones de nada sirven, estas últimas lejos de proporcionar bienestar aniquilan todas las cualidades y capacidades que hacen que el hombre viva en sociedad. ?Si queremos eliminar el crimen, debemos eliminar las condiciones que lo hacen posible.?
Los escépticos afirman que una sociedad sin Derecho positivo, jueces y prisiones serÃa un caos. Pero debemos preguntarnos ¿esta sociedad con su orden jurÃdico, sus jueces, policÃas, ejércitos y prisiones no es, acaso, caótica? Este mundo es caótico, la historia es caos. Nada hemos cambiado desde que Jean Jaques Rousseau expresó en sus Cartas morales, conocidas también como cartas a SofÃa (Mme D?Houdetot), la idea de que ?toda la sociabilidad moderna de las grandes ciudades no es más que ficticia: se simula estar conviviendo, pero sólo se arriman unos a otros para intentar rebajarse mutuamente. Hay aproximación de los cuerpos pero no hay comunidad de almas, no hay comunicación.?
Es cierto que vivimos en el caos, y también lo es que el Anarquismo se presenta como una alternativa para eliminarlo; a pesar de que los medios de comunicación, y las estructuras de poder en general, nos quieran hacer creer lo contrario. Sin embargo, no debemos engañarnos, la anarquÃa no es sinónimo de desorden, pero tampoco de utopÃa. Nada garantiza que en un mundo libertario no existan los conflictos, la diferencia radica en la forma de resolverlos: si por medios contraprestatarios o coactivos como lo hace el Derecho positivo y su Estado, o por métodos argumentativos y conciliatorios. La decisión, creo, no es tan difÃcil.
El Derecho no deja de ser filosofÃa, y por lo tanto, es mutable.