SÃ, claro que se puede. La pregunta que surge automáticamente es por qué no se hace. Y responder a esa pregunta requiere de conceptos un poco más complicados. No se puede hacer una lectura válida de los momentos que estamos viviendo sin tener en la mano dos herramientas fundamentales: Comprender que es la lucha de clases y conocer el funcionamiento del poder y de la fuerza.Orion escribió:Están a ver como le hincan el diente a las pensiones, porq dicen q esto se pone chungo y es inviable el sistema q tenemos para el futuro.
Entonces, resulta q estamos comprobando como cuando algo se vuelve inviable o fracasado, llega el estado y suelta la porra de millones para hacerl viable para el futuro, vease banca, plan de autopistas o cualquier otro monopolio estrategico para el mercado y el capital.
Entonces mi pregunta es, porq para el sistema de pensiones no se puede hacer lo mismo?
Las pensiones, como tantas otras conquistas colectivas y sociales, son fruto del Estado del Bienestar. El Estado del Bienestar es la respuesta capitalista, encabezada por las socialdemocracias occidentales y, particularmente aquÃ, el franquismo, a una amenaza de pérdida de poder. "Vamos a soltar un poco de cuerda para no perderlo todo". Ésta amenaza no es otra que la fuerte toma de consciencia de la clase trabajadora de ciertos aspectos elementales económicos y sociales, que, para desgracia de las propias clases trabajadoras, se materializó en el Unión Soviética y el bloque comunista. Se trataba de domesticar al capitalismo, de dotarle de un rostro humano y afable con el que contrarrestar la evidente alternativa de una sociedad más justa en la que muchos creÃan, por la que muchos luchaban y que estaba elevando la tensión hasta un punto peligroso.
El innegable fracaso -desde, siendo más que generoso, el tercer año- de la Unión Soviética y la excelencia alcanzada a la hora de diseminar el modelo de pensamiento promulgado por los privilegiados, con lo que se ha venido en llamar post-modernismo, ha hecho, simple y llanamente, inútil ese capitalismo domesticado del que hablabamos antes. Esa actitud postmoderna consigue su mayor triunfo al individualizar los problemas generados por las contradicciones del capitalismo. Lo que antes se entendÃa como problemas fruto de una serie de condiciones colectivas, que a todos afectan y cuya solución era por igual tarea de todos, ha sido reducido a una cuestión personal, a un problema personal e intransferible que, por ejemplo, puede hallar su válvula de escape en la drogadicción, sea psiquiátrica o alternativa.
Con esta situación, nos encontramos ante una clase obrera atomizada, sin conciencia de sà misma como un ente colectivo, que además ha perdido el músculo de reacción: Asà las cosas, tomar la decisión de hacer el asalto definitivo y convertir cada aspecto de la vida cotidiana en un terreno de negocios es rápidamente explicable. Les supone tanto problema como a un niño de 3 años espantar a una bandada de palomas.
Las pensiones, como la sanidad, la educación, la vivienda, la alimentación o, lo que deberÃa ser el fin último de cualquier apuesta polÃtica, la felicidad, son cotos abiertos para la jaurÃa depredadora. En nuestras manos está permitÃrselo.