que esperaba ser tocada en neblinas de algún bar
se encubría las maderas que le dan forma
de mujer algunas veces que me enseña a acariciar.
Y las ganas de fumarme nada que sea tabaco,
cuando estoy contigo a solas en la luz de oscuridad,
con esa cara bañada en plata por la luna,
y te atraco,
para robarte risas y sonrisas en cosquillas sin maldad.
Y mi voz resquebrajada le canta al espejo de tus ojos
como un borracho desequilibrado que tambalea por aceras
mil canciones de alcohol y un verso pequeño y cojo
que te envuelve desnuda en sus letras y te pinta el alma de amor
y te ofrece mil imagenes de naturaleza viva alrededor,
te ofrece las nubes, los pájaros, el mar y el horizonte
se ofrece para ser tu poeta de mierda y triste mecedor
de tus lánguidos segundos de vida en que necesitas calor
Y fue el tensar de las cuerdas de aquella vieja guitarra
los que sin quererlo al rozar fue naciendo canción
y te regalé el primero de los versos cojos con garra
que supe que saldrían la primera vez que oí tu rasgada voz.
Y serán papel de liar lo que servirá a tu pelo de almohada
porque muchas noches quiero que seas más malvada
y serás una balada de hada alada hasta en la llama
del rozar de mi intención tan humilde como osada.
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Que me asqueo si haces feo a mi beso de porrero
