Aguas de suaves ondulaciones
en las que se refleja Esperanza,
vaivenes de Soledad y Amargura
que se funden al fuego de tu mirada,
fuego que me quema dentro
pero no arde
en mi pecho inflamable,
en mi garganta sin cables.
Calor bruñiendo mi corazón,
sin el marcaje de la piel
que crea fronteras entre mis dedos
y mi atadura a tu cordel.
Dos solitarias palmeras
entre el griterío de la gente
no son objeto de atención
pero beben del mismo cariño inconsciente,
con ramas inquebrantables
que se unen en cariñoso abrazo,
distanciadas pero unidas.
Inseparables con tan fuertes lazos.
A ti

Yo.
