Tiene la cabecita en el cielo, su cielo. Vive en un mundo de colores, gustándole soñar de día y dormir de noche, amar a los animales, trepar por las paredes, mover su cuerpo alegremente, reír y llorar de risa. Siempre tiene prisa, es muy joven, muy traviesa, y a veces, de su voz nace una carcajada, una y otra, muchas, muchas, y hace caras raras.
Sin saber cómo ni por qué, se esconde detrás de un ridículo vestido, de un disfraz de latidos acelerados, cortos, rápidos, y una canción antigua, inventada, de esas metálicas, de Rock&Roll, de cosquillas en el estómago. Y dos soles, dos estrellas, dos luces eternas, son dos, la miran.
Sudor i temblor. Comodísima incomodidad. Corazón sin tempo, saltarín.
La miras, los mares, olas, olas, olas. Cara cola, cara fea, cara alegre, risueña, soñando sueña sueños de sueños. Reloj sin tic-tac, mudo, ojos dormidos, tenue noche adormecida, y la luna llena que sueña despierta. Resuenan los coros de aquella canción inventada, y habla con sus ojos, con una voz entrecortada, con las manos también baila. Sonríe.
Y juntó muchas palabras, ordenadas y desdesdesdes pero ninguna tenía sentido, y yo me reía, me reía, me reía a carcajadas... Me dijo que en algunos sueños no pasa el tiempo y la materia desaparece, se oye música entre el silencio, y esos ojos nacen desde lo oscuro hasta su cielo de nubes de colores, de carne y lombrices y árboles, rosas, peces y espinas. Su cielo, sí. Pajaritos, música, sabores dulces, amargos, picantes... Colores y sombras, y esa personalidad tan sincera, tan llena de vida, bonita, tu risa, caricias, sueños, almendras llenas de agua, de aire, de ojos hondos de profundos laberintos. Y sin saber dónde estoy, aquí me encuentro, entre el desorden, entrelíneas y discontinuidad.
Y cuando llega la noche, cuando el sol se esconde... ¿Dónde? ¿Dónde se va?
Llega la noche y la Luna, la luz de invierno, de aves de paso, de caracolas en el mar, de fuego lento, de oscuridad, ¿Y dónde está la luz?
Y se pierde en un llavero, en un cerrojo sin agujero, en una habitación entreabierta, guisada, llena de flores salvajes, de árboles y montañas, y lluvia, agua deslizante, agua derramada desde las nubes empapando las flores. Las llena de su néctar y es posible la miel, lo dulce, volar sin tener alas, soñar, hundirse en el mar y respirar, levitar, alcanzar la música en el silencio de sordos ruidos, grillos, llaveros... Pff... Me pierdo.
- Grimanyeta -
Llaves, ya ves, y aves
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