desde que me felicitaste con ellos.
Hoy recuerdo ser feliz,
teniendo el mundo en las manos,
y aprendiendo cómo jugar con él.
Hoy recuerdo abrazarte tan fuerte
que nadie me separaría de ti,
nada ni nadie.
Hoy recuerdo a quién escribo mis versos,
para qué bella sonrisa,
hace temblar mis huesos,
en una noche cualquiera,
de un jueves cualquiera.
¿Alguna vez has llorado de felicidad?
Hoy ha sido mi primera,
desvirgué la alegría con llanto,
y me guardé el ''te quiero''
para otra ocasión.
Valió la pena esperar tres meses y medio,
y no olvidar que el noviembre corre deprisa,
recordar aquellos tiempos tu sonrisa,
tu mirada a centímetro de ensueño.
Valió la pena soñar,
y no contar los días de miedo,
que recorren mis pies y el suelo,
que piso fuerte desgarrandote
de un beso,
de dos,
de tres,
de momentos contigo,
tus labios de hielo.
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