y se deshace en dulce cristal
de veneno terciopelado,
entre la calidez
de unos brazos
que anhelan recorrer
la suavidad de la piel
que guarda el corazón,
de la más bella muchacha,
que contemplaron mis ojos,
y no eres tu,Diana;
ni son ya tus esbozos.
Estoy bailando solo este vals,
pues tus brazos fueron a parar
hacia otro poeta,al que
un día de estos voy a matar.
Y si quieres irte,vete,
y si quieres volar,vuela,
pero no vengas jodiendome,
si es todo una treta.
Me asomaré al balcón
y te diré adios,
lo pasamos tan bien juntos,
resumiendonos mutuamente
en aquel andén de la estación,
bajo un sol abrasador,
cegó la vista roja,
herida de muerte,
como el corazón al que acongoja
tu marcha y tu pasividad inerte.
Tus ojos hablaban de un rascacielos
si quieres te envió esta postal,
solo espero que desaparezcas
y esto sea el final,
de aquella relación,
que un día me marcó,
te recordaré como aquella flecha
que hirió mi corazón,
que lo mancho de venenosa sal,
y es q me he caido con todo el percal.
A Diana y Gueva,con maldad
