Nos separan muros de asfalto,
entre el tu y el yo,
entre el nosotros,
y el mañana sin amo.
Sentir vértigo en el abismo,
sentir en mi piel el miedo
al estocar, al jugar en el filo,
desde mi escaso credo.
Adoro cada nueva primavera,
por desatar angostos nudos,
como estos de gran reserva,
recordando aquellos minutos,
recordando ese mar de tentáculos,
como un simple esbozo,
en el que ambicionar su calidez
y sus ojos.
Aquellos ojos fieros,
en dulce mirada,
hipnotizando mi tiempo,
absorviendo mi imparcialidad.
Seguro que alguna vez
estuvieron salados,
por demasiado calado,
en balconadas del ayer,
pero hoy no,hoy repiqueteaban,
a las puertas de mis sentimientos
horadando en mi pecho sin escarbar,
todo para dejar de volar a destiempo.
A cambio de tan bella
contemplación, en mi última
mañana con sabor
solo tengo para ofrecerte,
mi cariño,consuelo,
mi amargo corazón,
siempre,para ti,sincero.
Que mala es la primavera.

Salud