y sus maridos juegan con su amor hasta que se rompe..."
Solo con ese poso del café,
ya salió su mezquino destino.
mi cuerpo se estremecia,
como viviendo una pesadilla.
te ví llorar, te vi arrodillarte ante Dios.
pidiendole a versos, que no dejará ser lo que eras,
que te conviertiera en sirena,
pues el amor perseguido nunca se haría realidad,
ya que él se enamoró de otra especie.
mujer de noches de luces de neón,
calles de borrachera y de llegar siempre tarde.
en ese sueño, lloraste por su amor,
mientras su disfrute pasaba barreras,
esas barreras entre lo que se debe hacer y lo que no.
sobre lo que prevalece en el amor,
sobre las cosas que se deben tocar y las que no.

de esos corazones rotos y demacrados,
de esos amigos a los que nunca
les importaba quien les esperaba en casa.
y mientras yo en tu casa tomando el cafecito de mediatarde,
y en el fondo de tu taza,
el sueño, el olvido, de una promesa.
la que le pediste a nuestro Señor,
que te hiciera medio pez por siempre,
pues tu marido estaba de juerga y
no mostraba ningun interes por ti,
y el amor que surgió de jovencitos,
navegaba sin rumbo,
hacia el triangulo de las bermudas.
Latidos y Mordiscos