A raíz del debate que suscitaron las declaraciones de Galeano después de los fusilamientos en Cuba, un@s han intentado comprender la postura del periodista uruguayo y otr@s tantos se han mostrado radicalmente opuestos a la opción por la que entonces se decantó.
Así que aquí dejo otro superartículo de Rebelion.
El dolor de Cuba
Que Cuba nos duele a todos está bastante claro. Durante mucho tiempo los que creemos que los Derechos Humanos son indivisibles y que sin justicia social los derechos civiles y políticos son papel mojado hemos mirado a Cuba con la esperanza de que allí se fuera alumbrando una alternativa al desolador panorama latinoamericano y del Tercer Mundo. No ha sido fácil. Más de una vez nos hemos tragado críticas que teníamos en la punta de la lengua porque considerábamos que había prioridades y porque las responsabilidades en el holocausto silenciado que es Latinoamérica están en otras partes (Mírese hacia el Norte). Recuerdo a Julio Cortázar pronunciándose en este sentido en un debate televisivo (en aquellos lejanos tiempos en que había debates en la televisión de éste país), con un prohombre de la disidencia anticastrista. Y en el mismo sentido se han manifestado durante mucho tiempo García Márquez y otros intelectuales que, por ello, han recibido toda serie de críticas del intelectualismo bienpensante y bien instalado.
Pero el hecho de que Eduardo Galeano o José Saramago y otros más se hayan desmarcado y hayan expresado públicamente su disconformidad con la situación en Cuba ha abierto la caja de los truenos y las descalificaciones que sobre ellos han caído van más allá de lo respetable. Porque, en muchos casos, no se ha discutido el fondo de la cuestión, ni se ha llevado a debate las raíces de esta disconformidad, sino que se les ha atribuido intenciones malévolas, se les ha asimilado con la "gusanera" de Miami o se les ha increpado desde cuestiones de detalle más que desde el fondo del asunto. Porque hay un doble fondo del asunto: moral y político.
Probablemente el trasfondo moral es el más aparente y el que menos me interesa ahora. No porque no tenga convicciones éticas, sino porque creo que en este tipo de debates viene a ser imposible arribar a puntos de entendimiento y todo el mundo acomoda sus principios a sus intereses intelectuales o inmediatos. Sin embargo concuerdo con Galeano en que la pena de muerte es moralmente inadmisible. Es más, yo diría que políticamente inadmisible. Llevo años peleando por su abolición en EE UU y otros países no sólo por razones de tipo moral, sino en el convencimiento de que se trata de un crimen legal mediante el cual el Estado trata de ejercer su poder de manera despótica y absolutamente evitable. Pero la pena de muerte no es más que el síntoma de una enfermedad. En EE UU esta enfermedad se llama la lucha de clases trasplantada al terreno carcelario y punitivo, adobada con los subsiguientes componentes racistas. ¿Y en Cuba?
En Cuba, y me duele tremendamente tener que decirlo, la enfermedad es la degeneración burocrática del poder obrero.
No voy a negar que intervengan otros factores que expliquen las ejecuciones de los tres secuestradores del trasbordador cubano. Se ha hecho hincapié en el recrudecimiento de la actividad anticastrista dirigida desde la Oficina de Intereses Norteamericanos por el inefable James Cason. Pero esto explicaría el recrudecimiento de las penas contra los disidentes. No explica la pena de muerte contra unos delincuentes que en un país civilizado recibirían un castigo más o menos severo, pero no irreversible. Mucho más porque, en el caso de querer enviar un mensaje al gobierno de los EE UU, hay que decir que ese mensaje es tan contrario a sus propósitos que cuesta creer que gente inteligente, como sin duda lo es Fidel Castro, no se diera cuenta de ello. Porque al gobierno de los EE UU y a las mafias anticastristas de Miami el hecho de que Cuba ejecute a tres "pobres muchachos que no querían más que buscar la libertad que no tenían en el régimen castrista" no ha hecho sino darles la cuerda que habían perdido con su grotesco comportamiento en el caso Elián o las cada vez más insistentes peticiones anti-bloqueo por parte del empresariado estadounidense.
Y como no cuelan ciertas interpretaciones extendidas entre la disidencia del estilo de que a Castro le interesa el bloqueo y demás pamemas que atribuyen intenciones pérfidas absolutamente indemostrables, sólo queda una explicación: el gobierno cubano ha aplicado la lógica del sistema que rige en la isla hasta sus últimas, y lamentables, consecuencias. Es decir, un sistema autoritario. El "Yo mando. Yo vigilo". Y éste es el meollo del asunto que también ha sido denunciado por Galeano. En Cuba, desde el principio de la Revolución, se ha planteado la contradicción que han padecido todos los sistemas comunistas del siglo XX y que ha acabado con ellos: la de los logros económicos y sociales y la falta de una verdadera democracia obrera. Son las mismas contradicciones que sacudieron el periodo leninista y que desembocaron en la burocracia stalinista, en las brutales purgas de los años treinta, en el periodo mafioso brezhneviano y, a largo plazo, en la autodisolución de la URSS.
Nadie en sus cabales (y esto excluye a la consabida propaganda bienpensante o las Zoe Valdés y semejantes) puede negar que el éxito de Cuba en proponer un sistema alternativo a la pobreza y sus secuelas es sorprendente. Sobre todo para un país que ha padecido un bloqueo durante décadas y que en los últimos años se ha visto a solas las caras con el Imperio. Que se mantenga los índices de mortalidad infantil inferiores a países desarrollados y neocolonialistas, que la educación tenga resultados superiores a cualquier otro país del área, aún con presupuestos inferiores, y que a pesar de la dureza de las condiciones actuales se sigan manteniendo estos marcadores es algo realmente llamativo. Pero no sirve de nada negar que todo ello ha ido acompañado de un fuerte déficit democrático. Las decisiones se han tomado siempre desde arriba, no ha existido un auténtico debate más que en los marcos tolerados por la máxima dirigencia y todo lo que se ha hecho para fomentar la educación política del pueblo ha sido darle carácter plebiscitario a determinadas decisiones que, correcta o incorrectamente, ya estaban tomadas. Otras se han tomado a oscuras.
Y esto es lo malo. Decía Lenin o Trotsky (que ahora no me acuerdo) que la garantía de que el pueblo no se equivoca es que tome decisiones de lucha y se equivoque. Se aprende en el combate por el socialismo y en el debate por el socialismo. También decía Trotsky (ahora sí) que la gran tragedia de la Revolución Soviética fue que la generación más combativa (y por lo tanto, educada) desapareció en la Guerra Civil. Pero un pueblo pasivo, que se limita a asistir más o menos enfervorizado, a los discursos y decisiones del líder, un pueblo al que no se requiere sino para decir "sí" y seguir el carisma de un personaje todo lo grande que se quiera (y no voy a entrar a discutir esto), no aprende y será proclive, cuando el líder desaparezca, a escuchar los cantos de sirena de los demagogos que prediquen el reino de Jauja y de MacDonalds bajo el paraguas protector de la sacrosanta Economía de Mercado. Y, conviene tenerlo en cuenta: no hay que pensar que estos cantores asardinados vengan sólo de fuera. Como demuestra la desaparición de la URSS, los primeros en abandonar el barco serán muchos de los que ahora proclaman su incombustible adhesión al Jefe y al socialismo. (Sígase la meteórica ascensión de Boris Yeltsin del radicalismo bolchevique al capitalismo salvaje tras la aparición milagrosa de Santa Margarita Thatcher).
(Perdón. Estoy poniéndome irónico, pero ya creo haber dicho que Cuba nos duele y la ironía mitiga el dolor. Vuelvo a ponerme serio.)
Y lo que hay que decir seriamente es que lo que está pasando en Cuba desde hace tiempo es la aparición de desigualdades que no existieron en la isla desde la Revolución. Y que esas desigualdades, unidas al déficit democrático que antes señalaba, son el caldo de cultivo para la futura desaparición de los logros que quedan de la Revolución Cubana. Es difícil cuantificar el aumento de la desigualdad en Cuba, porque esta no se mide sólo en ingresos. Se mide en la posesión de dólares, en la disparidad de acceso a determinados servicios sanitarios o educativos, en determinados beneficios por servicios políticos, etc. Hay indicadores que son sumamente preocupantes. Mientras la productividad crece y aparecen determinadas empresas multinacionales con privilegios que se acercan a los de las maquiladoras y que alcanzan a los cubanos que trabajan en ellas (en forma de pagos bajo mesa), los índices de malnutrición (reconocidos por el gobierno como muy altos) no disminuyen y sigue habiendo carencias sanitarias básicas. Insisto, mientras sube la productividad. No voy a entrar en la polémica de si Cuba es hoy en día un país capitalista o no, pero lo que parece cierto es que los riesgos de que a la menor de cambio se convierta en uno más de los países-desastre de Latinoamérica son muy grandes. Algunos amigos cubanos con los que he tenido oportunidad de hablar suelen referirse a la personalidad de Fidel Castro y al papel que, según ellos, juega como barrera de involuciones. Se expresan sobre él con una admiración que a veces raya en el fanatismo. Quizás esté justificada la admiración (el fanatismo, no, por supuesto). Pero, ¿y después?
El peligro es que lo único que podría frenar la involución es un pueblo, una clase obrera y campesina, digámoslo claramente, educada en el debate y en la toma de decisiones. Y esa clase no existe en Cuba. No voy a entrar en un análisis de las leyes ni sobre el sistema representativo cubano. (Ya se me está haciendo esto muy largo). Pero cualquier persona que quiera ver las cosas de frente puede darse cuenta de que en Cuba no ha habido ni hay debate político porque para que hubiera tal cosa debería haber alternativas al monolitismo y tales cosas ni han existido ni existen. ¿Dónde se manifiestan las tendencias? ¿Quién las discute? ¿En qué medios de expresión alternativos? ¿Qué pasó con la gran consulta prevista y abandonada antes del IV Congreso del Partido Comunista? Etc., etc.
Cuándo alguien me pide una bibliografía sobre Derechos Humanos suelo decirles: "Lea Vd. a Eduardo Galeano y aprenderá más que en cien informes de Amnistía Internacional". Siempre había tenido una reserva: que no veía claro que en sus escritos se planteara sin tapujos las insuficiencias que pueden hacer que una revolución se vaya a cuerno. Sus últimas declaraciones despejan esta reserva definitivamente. Esto no quiere decir que crea que todo lo que he dicho sea asumible por él. Probablemente, de leer este escrito, tendría bastante que rectificarme. Pero, en todo caso, mis propias opiniones las asumo más tranquilo si en algo se parecen a las de Eduardo Galeano por el que hoy, más que antes si cabe, siento el mayor de los respetos.
David Mo
El dolor de Cuba (pro E. Galeano)
Mi intención no era la de levantar el debate Cuba sí, Castro no. Pero ya que estamos, no seas demagogo.Anonymous escribió:¿donde estan las alternativas?preguntaba.
En la cárcel.
Luchadores sociales, activistas sindicales, poetas y periodistas independientes, presos de conciencia que se pudren en sus mazmorras.
Por el movimiento libertario cubano solidaridad con el pueblo de cuba, no con Castro.
soy nazisnuncamais
No jodas. Si los luchadores sociales y los activistas sindicales son presos de conciencia, los etarras aquí son presos políticos?
Si no crees en un articulo, no lo pongas. El articulo es anticastrista de arriba abajo, y mi respuesta tambien, no se a que viene ese ataque, no se porque lo mio es demagogia y tu artículo no lo es. ¿y el periodista independiente se te ha caido de la pregunta? ¿y el poeta?
es como si hubiese caído en una trampa.
soy nazisnuncamais
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Brillante el texto, sin más.
Galeano es un tipo inteligente, huye de fanatismos absurdos que no llevan a ningún lado salvo a la derrota de la misma Revolución Cubana: la autocrítica es algo fundamental para prosperar. Difícil era condenar los fusilamientos... total, el con nosotros o contra nosotros también se extiende a Cuba y a toda la intelectualidad pro-Cuba ciega.
Galeano es un tipo inteligente, huye de fanatismos absurdos que no llevan a ningún lado salvo a la derrota de la misma Revolución Cubana: la autocrítica es algo fundamental para prosperar. Difícil era condenar los fusilamientos... total, el con nosotros o contra nosotros también se extiende a Cuba y a toda la intelectualidad pro-Cuba ciega.
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Me quedo con los últimos párrafos. La duda que a mi también me sobreviene: ¿qué habrá después de Fidel? Como dice el autor, Fidel no deja que haya debate y cuando muera, Cuba va a ser víctima de la peor propaganda capitalista cortesía de los "disidentes" de Miami y el gobierno de EE.UU.
El debate se vive más entre la "izquierda" exterior a Cuba que en la propia isla, donde debería empezar cuanto antes a promoverse.
El debate se vive más entre la "izquierda" exterior a Cuba que en la propia isla, donde debería empezar cuanto antes a promoverse.
A tu primera afirmación responder que lo he pegado porque me ha dado la gana.Anonymous escribió:Si no crees en un articulo, no lo pongas. El articulo es anticastrista de arriba abajo, y mi respuesta tambien, no se a que viene ese ataque, no se porque lo mio es demagogia y tu artículo no lo es. ¿y el periodista independiente se te ha caido de la pregunta? ¿y el poeta?
es como si hubiese caído en una trampa.
soy nazisnuncamais
Y si tengo que extenderme más repito lo dicho en mi anterior mensaje: mi interés no era tanto entablar un debate sobre la situación de Cuba o la perpetuidad del castrimo como seguir el hilo conductor de los distintos artículos y sus respectivas respuestas que de un tiempo a esta parte se vienen dando en algunas páginas de contrainformación y que hacen referencia a la postura adoptada por Galeano después de los fusilamientos en la isla la primavera pasada. Creo que lo más justo es pegar tanto los que están a favor como los que están en contra.
Mi necedad hasta ahora me deja leer toda clase de artículos de opinión, leo los que me doran la píldora y los que me amargan.
y el periodista independiente se te ha caido de la pregunta? ¿y el poeta?
Cuáles son tus fuentes?
Lo mejor es que casi todo el flujo de información sobre periodistas independientes encarcelados en Cuba llega mediante Reporteros Sin Fronteras.
Salud.
Yo no digo que no debas de leerlos digo que si no los compartes pues es normal que no lo vayas a poner, pero bueno es tu decisión, faltaría más.
La respuesta la he sacado de un Periódico anarquista que se llama Tierra y Libertad, el artículo lo escribe el Movimiento Libertario Cubano.
Tampoco es mi intención establecer un debate sobre Castro, sabes tu mucho más que yo, sobre él y sobre Cuba, solamente me dediqué a completar informacion que hacía poco había leido.
Me extraña tu mala ostia como si estubieras contestando a un fascista, a un ignorante o algun pasota y que va! esos no se paran a leer tus artículos.
soy nazisnuncamais
La respuesta la he sacado de un Periódico anarquista que se llama Tierra y Libertad, el artículo lo escribe el Movimiento Libertario Cubano.
Tampoco es mi intención establecer un debate sobre Castro, sabes tu mucho más que yo, sobre él y sobre Cuba, solamente me dediqué a completar informacion que hacía poco había leido.
Me extraña tu mala ostia como si estubieras contestando a un fascista, a un ignorante o algun pasota y que va! esos no se paran a leer tus artículos.
soy nazisnuncamais
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