Alcé la mirada y me dolió.
Aquel mar tan profundo
pretendía arrastrarme en su oleaje
y así el tiempo se detuvo
que dio paso al silencio...
Apenas opuse resistencia,
cansada dejé de mover mis brazos, las piernas
y me dejé llevar,
por primera vez... me dejé llevar.
Mientras la corriente me arrastraba
solo podía escuchar... silencio...
Las olas me llevaron a la orilla,
el cuerpo tendido,
el alma fría.
Apartó la mirada
llevándose el mar, las olas, mi reflejo.
El aula aún estaba llena
pero yo solo podía escuchar silencio...
Esa mirada
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