Obra maestra. De Lars von Trier (director de Bailar en la oscuridad) empieza la primera parte de una trilogía crítica con EEUU, protagonizada por Nicole Kidman y la aparición estelar de Lauren Bacall. Si entras pensando que vas a ver una película puedes llevarte un gran chasco: es un pedazo de teatro en estado puro llevado al cine. Dura casi tres horas y toma foma de historia moral, donde se llevan a escena la lujuría, los celos, la bondad y la maldad, dejando al final que el espectador sea el propio juez de los actos que se suceden en la pélícula.
Lo que más me gustó fue la forma de utilizar el sonido, ya que el decorado es prácticamente nulo y la imaginación debe trabajar bastante a la hora de recrearlos..
Vaya manera de romper moldes..
El punto sobre la I
La víspera de su boda con Barnaby (James D'Arcy), Carmen (Natalia Verbeke) imprudente-mente besa a un atractivo extraño, Kit (Gael García Bernal). Habiendo huido recientemente de una relación violenta y volátil en España, Carmen ha encontrado seguridad y comodidad con su prometido Barnaby, quien claramente la ama. Carmen espera que su matri-monio le dé la seguridad y estabilidad que tanto ansía. Pero sus pasiones son despertadas por el beso de Kit y ella está entre la es-pada y la pared con sus emociones y su lealtad al hombre con quien se casará. El viaje de Carmen le enseña que las cosas y la gente no son siempre del modo en que parecen ser. Este intrinca-do relato juega con la ilusión y la realidad, la pasión y el artificio.
Más normalita. Lo único que falla (para mí) es el final: intentan dar un toque de originalidad, se termina extendiendo demasiado, el factor sorpresa se pierde y no precisamente porque se sepa que va a ocurrir. Es el repetido intento de sorprender al espectador lo que le deja indiferente.
De todos modos, está bastante bien.
(Sobre todo Gael García
