Junto a la ventana

[tres_deseos]

Dejó escapar un ligero suspiro. Sus cabellos rizados y rubios caían sobre su frente y casi dejaban ver aquellos ojos que ayer parecían sonreirme.

Pienso que tal vez algún día llegue a ser como ella, es más: ella, y por eso la admiro. Veo tanto en su cara...esas pequeñas arrugas que dibujan sus labios me dicen que dio mucho de qué hablar y que muchas palabras se deslizaron por su boca, todo un regalo para los oídos.
He buscado en otro ser todo lo que hay en ella, me resulta excesivamente difícil. La miro y me vienen a la mente pequeños momentos, recuerdos, muy vivos. Y cuentos, muchos cuentos. Y aquellas violetas que recogía, solo las más exquisitas, las que manifestaban la perfección absoluta, ella se las merecía. ¡Y que manos! Siempre me han llamado la atención sus manos; yo las he heredado y me gusta observarlas durante minutos. Hay tanta belleza en una mujer...pero hoy es distinto, parece ausente, perdida.

Tierna, sensible, delicada, valiente, dura, sacrificada e incluso víctima, porque en ocasiones lo fue. Su niñez está rodeada de sensiblerías y su mentalidad se ha ido moldeando con el paso de los años, pero en sus ojos de alguna manera aún permanece aquella niña, a la que con mucho orgullo me parezco. Es un reflejo de mí, dentro de sesenta años, bello reflejo.

Quien no desearía poder acumular y entregar tanto amor; todos tenemos la posibilidad de hacerlo pero pocos la explotamos. La naturaleza, sabia, la ha dotado no solo de inteligencia sino de una capacidad de superación mucho más elevada, en mi humilde opinión, que la de un varón, o al menos que al que le tocó a ella.
Intento analizar estos pensamientos que invaden mi cabeza, ¿por qué este sentimiento tan desarraigado, tan alejado de todo excepto de su mirada?
Me veo dentro.
Percibo que su madurez evolucionó más rápidamente que la de un hombre, viéndose en ocasiones en la obligación de decir "sí" cuando en realidad desearía decir "no", debe aceptar lo que le depara la vida, aunque no haya sido elegido por ella. Resignación debería haber sido su apellido y dejarnos a las demás ese legado porque aún hoy ocurre algo parecido, aún hoy se sigue distinguiendo entre los privilegios del hombre y los deberes de la mujer.
Pienso en su vida. Debería haber cogido una maleta y haber dicho adiós. Yo la hubiese recibido con los brazos abiertos si hubiera podido, si hubiese estado allí, pero ella era demasiado joven y yo no era.

Me alivia saber que nunca leerá esto, no lo entendería, ya no. Me acerco a ella y la beso, dulce me sonríe con la mirada perdida, toda marchita y arrugada, frágil, como de cristal y entonces me entran ganas de llorar; ha dado tanto a la vida...ella ha dado vida y esa, esa es una ventaja eterna e insuperable. Al pensar en esto me sonrío y entonces pienso: ¡qué victoria más grande! Y siento una gran pena por ellos, que nunca serán capaces de disfrutar de tal maravilla.

Su mirada sigue perdida, ha recorrido tanto camino que necesita un descanso. Un día cerrará los ojos y entonces sí dirá adiós.
La acerco a la ventana, con la cabeza en otra parte, pensando en mis cosas, es curioso lo difícil que me resulta dejar la mente en blanco, hay veces que nisiquiera yo soy capaz de comprenderme, no consigo dar explicación a esos actos repulsivos y puros, no logro dar respuesta a mis lágrimas y sin embargo me colman, ¿por qué despreciarlas entonces? Las acojo con cariño. "Lo que hace bello al desierto es que esconde algo en su interior". Hay misterios que no deben ser descifrados y hay maravillas incomprensibles e inalcanzables, maravillas femeninas.
Una vez alguien me dijo que aquello que no ha sido elegido por nosotros no puede ser considerado ni como un mérito ni como un fracaso. No lo haré pues, pero con la boca muy grande, la frente muy alta y la voz clara me atrevo a decir que no cambiaría mi papel en la vida, una más de tantas, y con entusiasta alegría me enorgullece decir que soy mujer, que algún día seré como ella, y que en mi mirada se verán, como en la suda, toda una vida digna de recordar. En mis manos se leerá un pasado y en mi boca se adivinarán palabras, pensamientos y sentimientos que para que no se los lleve el viento y con ánimo de alabanza, aquí escribo y entre línea y línea dejo algo más que un beso para esa pálida mejilla que junto a la ventana se ve iluminada por el sol.

[Cronos]

Me gusta.

Aunke... un poco andrófobo nop?

[tres_deseos]

Cronos!!! que ices!!! q mal concepto tienes de mí.... para nada! adoro a los hombres...mmmmm... claro que si puedo elegir a q hombres adorar mejor...q hay cada uno...

[Cronos]

La naturaleza, sabia, la ha dotado no solo de inteligencia sino de una capacidad de superación mucho más elevada, en mi humilde opinión, que la de un varón, o al menos que al que le tocó a ella.


Na, era un poco chiste, no me hagas caso. Entiendo que hablas del mundo que le toco vivir a ella. Mi madre, un poco mas joven, supongo, que la prota de tu relato, me cuenta muchas cosas de su epoca. Nació en 1951, se comió los peores años del nacionalcatolicismo... siendo mujer eso es mucho comer.

[tres_deseos]

no, en realidad no me refiero a mi madre...
sí pensaba en alguien cuando lo escribía, pero no se si te dije alguna vez, q suelo escribir cosas no acordes con lo q siento en ese momento..no sé..un poco raro...y por eso no todas las cosas son acordes con la persona en la que podía basarme un poquito (mi abuela)...para empezar porque esa persona sigue viva y menuda vida! ya me gustaría a mí estar así cuando llegue a su edad...
y sí suena un poco....feminista en todo caso..pero es q lo escribí hace ya muxo para una ocasión especial, que se centraba en la mujer...y me salió eso...pero amos...q no odio a los hombres!!!! jajaja es más suelo llevarme muy bien con ellos...siento haber dado una imagen equivocada...