Un filo de agua clara que rasga
un semblante ya marcado.
Una pena que acude caprichosa
a la angustia que se cierne
en el silencio más puro.
Los títeres, los payasos
y los demás bufones
danzan en el escenario
de la derrota furtiva.
En este sueño interrumpido,
este sueño de joven visionario
que escupe palabras que hieren,
que cortan, pero no matan.
En este mundo vendido
a la peor de las suertes,
donde el tiovivo de los sueños
se acelera en espiral de fuego.
Esta racha entristecida
de decadentes aromas.
Y en el arrollo, donde se esfuma
el efímero compás de la victoria,
se esconde la ilusión del necio
que busca desesperado
en un viejo cajón de sastre.
Felices Fiestas y Próspero Año Nuevo
