Corazones de cartón

[Icarus]

Queridos reyes magos:

Como vosotros lo sabéis todo, no hace falta que os escriba mi nombre.
Este año me he portado bien. He aprobado las más difíciles salvo las mates. No las entendía y me daba vergüenza preguntar al profesor. Una vez lo hice y después de clase, algunos de mis compañeros se rieron de mí.

-Tonto. Eres tonto, jajaja.
-¡Eh!, ¿habéis oído a cuatro ojos?. Tiene que preguntar porque no se entera de las cosas. Mira que eres tonto, chaval.

A partir del día siguiente, en el recreo, me rodeaban, me imitaban, me insultaban. Yo bajaba la mirada e intentaba salir del círculo. No podía. Me empujaban hacia el centro y tenía que aguantar sus burlas hasta que comenzaba a llorar. Una vez conseguido su objetivo, me dejaban en paz. Eso fue la primera semana. Más adelante, como esto ya no les hacía gracia, inventaron otros motivos para meterse conmigo.

Al cabo de un tiempo, me invitaron a jugar. Al principio no le di importancia. Respiraba aliviado, incluso contento de que me admitieran como uno más. Lo pasaba bien pero extrañamente, siempre me tocaba ir con el bando perdedor. Entonces, me echaban la culpa. Volvían todos a por mí. Me sujetaban entre varios y mientras que uno de ellos me subía la manga de la camisa, el resto descargaba pequeños golpes sobre uno de mis brazos. Cuando todos habían pasado me soltaban. Sentía un escozor inmenso, con el brazo completamente enrojecido por las señales.

A la siguiente semana, decidí no salir con nadie. Me quedaba a solas, en mi sitio. En silencio. Eso les debió impresionar. Poco a poco, algunos, se fueron acercando. Consideraron que se habían pasado conmigo. Me ofrecieron su amistad. Al principio no me lo creí. Íbamos juntos, de camino a casa. Siempre pendiente. Preparado para correr cuando hiciera falta. Lo triste es que no hubo necesidad. Ese fue el fallo.

Cuando más confiado estaba, una tarde, vimos como uno de la otra pandilla me llamaba. Venía donde estábamos.
- Escóndete, rápido.
- Corre, corre o irán a por ti. Nosotros le distraeremos. Corre.

Apreté los dientes y salí disparado. Uno de ellos me siguió. Yo no me atrevía a mirar hacia atrás. Crucé varias calles. Estaba totalmente atemorizado al imaginar lo que me harían si me cogían. Cuando pensé que estaba totalmente a salvo, paré para coger fuerzas. Me equivoqué. A pocos metros, alguien me advirtió.

-¡Ya vienen!. ¡Escóndete!, ¡vamos!.

Miré alrededor. No encontré sitio alguno.

-¿Dónde?.

-No hay tiempo. Venga. Métete dentro de este cubo de basura. Yo les diré que te has ido por otro lado.

No me lo pensé dos veces. Inmediatamente, abrí la tapa y me escondí en su interior. Afortunadamente, lo habían limpiado. Me daba igual. Sabía que si me encontraban, me iban a dar de lo lindo. A los pocos segundos, oí sus voces.

-¿Le has visto?.
-No, creo que ha ido calle abajo.
-¡Joder!. Ya no podemos alcanzarle.

Yo respiraba aliviado. Se irían en un momento.

-Bueno, ya le cogeremos. Da igual. Cuando le pillemos, le vamos a dar lo suyo.

Entonces, sentí un golpe en mi hombro. Bueno, pensé, se están desahogando con el cubo. Ya está. Tranquilo. No saben que estás aquí.
Al instante, una lluvia de patadas y golpes fue directamente hacia mí. Estaba encajonado dentro y sentía el dolor. No podía salir. No quería salir. Si me defendía sería mucho peor. Aún así, eso no fue lo que más tristeza me produjo. Conocía esas voces. Todas, salvo una, la de mi perseguidor, eran las de mis presuntos amigos. Me habían vuelto a engañar. Había sido una farsa, un montaje para darme más fuerte. Aquello sí hacía daño. Ahí estaba yo, indefenso, a oscuras dentro de un cubo de basura, soportando la ira de unos chicos de mi edad, todo porque un día me atreví a preguntar en clase de mates. ¿Quién es aquí el valiente?. ¿La clase que va a por ti por ser diferente?, ¿aquel que se atreve a interesarse por algo y resolver sus dudas?. ¿Aquel que da un paso adelante?.
Dentro de tanta humillación, dentro de ese cubo de basura, aprendí la lección.

Volví a preguntar en clase. Volví a preguntar siempre que lo consideré necesario. Al principio, mis compañeros me volvieron a amenazar. Ya no bajaba la cabeza. Ahora les miraba directamente a los ojos y les contestaba que me daba igual. Que yo seguiría preguntando. Seguiría estudiando. Seguiría hacia delante, pasara lo que pasara. Tenía ansia por conocer. No quería ser como ellos. No quería pasar por la vida sin saber cómo era el mundo que me rodeaba. Sólo así podría hacerme más fuerte. Sólo así nadie volvería a engañarme de nuevo. Poco a poco, cuando comprobaron que sus trucos yo no me afectaban, fueron apartándose.
Por eso, queridos reyes magos, os pido un regalo muy especial. Os pido que quitéis tantos corazones de cartón. Qué llevéis la misma ilusión a esas miradas que reflejan tanta envidia cuando nos entregan las notas. Que hagáis desaparecer el temor que les hace conformarse. Que se rebelen contra la ignorancia. Que se atrevan a pensar. Que no vuelvan a verter su frustración sobre nadie. Que pueden conseguirlo.
Que brillen, en definitiva, los mismos ojos que antes me escupían desafiantes y ahora me evitan cuando les veo.
Aunque me llamen loco. Aunque a mis quince años ninguno crea. Yo sí creo. Porque merecen creer en sí mismos.
La próxima evaluación, será distinta.

P.d.: A mis hadas madrinas, por animarme a publicarlo. Gracias, Vicky. Gracias, Diana.

[Amazing]

Tan real como la vida misma, tan triste como que cosas así sigán pasando en los colegios. Un gran cuento de navidad, una buena carta a los Reyes Magos.

[def_korn_]

Cómo suena leer esto en voz alta y a estas horas, mientras una se bebe una copita en su casa, mientras los Reyes andan dejando regalitos en zapatos ajenos. Creer... Si tú no cree, quién lo va a hacer? Creer... joder, es tan importante!!! Y a veces aún se nos olvida...

wookie, igual con este pensamiento me matas, pero uno de los deseos de 2006 es ver un little wookie en esta tierra. Que pueda recibir estos cuentos, y esas palabras tan cálidas siempre, desde chiquitito, ¿te imaginas? ayssss a mi me entra emoción!


Un abrazo enorme, y gracias.

[adiskide]

Ufff...en una fecha tan especial como esta..querido Miliciano..no me queda mas que Desearte un brindis..y comentarte que mañana he quedado en los amigos..

Te hace amigo?

[adiskide]

y del texto ufff...hoy anduve en la cabalgata grande de madrid y se me hizo carton el corazon cuando la carroza ya no era de los reyes , sino del corte ingles...despues se me hizo trizas todos...cuando una niña iba en el metro diciendole a su madre cuarentona q ella no cenaba q se limpiaba los zapatos y se tomaba un vaso de leche para meterse rapido en la cama..con las ansias de levantarse pronto al dia siguiente....mientras le brillaban los ojos. ( recuerdos).

ilusiones...aun quedan ilusiones...no me cabe duda..
Chapo de texto reflejando...chispas.

[Icarus]

Gracias por leer un texto tan largo y por vuestras opiniones.

Amazing, tienes toda la razón. He tardado años en escribir esta carta. Todo lo aquí reflejado pasó de verdad, hace ya mucho tiempo. Ójala su lectura sirva para algo.

Diana, jejeje, casi me caigo de la silla cuando he leído tu deseo para este año. Uffff. Con transmitiros a vosotros todo esto me doy por satisfecho.

Adiskide, hoy no ha podido ser pero será, eso por supuesto.

Un abrazo a todos y feliz año nuevo.

[adiskide]

Adiskide, hoy no ha podido ser pero será, eso por supuesto.

claro k si ,amigo.

sigue lloviendo

[Vicky-tripi]

Magnifica carta a los reyes.

Creo que lo importante es la ilusion. Mantenerla viva es maravillosa. Pero ver a mis niñas sus ojitos .

[Cronos]

Me siento identificado con lo que se cuenta... aunque nunca pase por "tanto", tambien tuve mis problemillas... por los mismos motivos. En fin, supongo que hay ciertas actitudes que nunca desaparecerán...

Me gusta mucho la visión que le das al texto. Recuerda a como puede pensar alguien de 15 años... las cosas importantes no están claras... Ojalá cada día haya menos corazones de cartón...

En fin, que aplausos. Un placer leerle. Como siempre.

PD: Envidia de las hadas madrinas que tienes