
Violencia, droga, vidas desechas, juventud sin futuro, pobreza y desamparo. Con una gran naturalidad y con un ritmo de rodaje ágil y sin (en apariencia) control, se muestra en toda su rudeza una realidad que se antoja al telespectador como una rueda en la que no se adivina el final.
Hay muchos aspectos a destacar en este documental, aunque desde el punto de vista musical llama la atención el talento natural con el que muchos de los protagonistas, de forma totalmente espontanea, describen su vida y su sentir a la cámara.
El reportaje no se ha retransmitido por ninguna cadena televisiva española, pero ha ganado varios galardones en diversos festivales internacionales de cine documental.