? Enric Bou publica un diccionario para entender las claves de la mitologÃa del genio surrealista
¿Por qué Salvador Dalà pintaba relojes blandos? ¿Y hormigas o teléfonos? La respuesta a estas preguntas se encuentra en Dalidiccionario, un libro recién publicado por Enric Bou que actúa como una brújula para quienes penetran en el jeroglÃfico de DalÃ. Enric Bou, catedrático de literatura española y catalana en la Brown University, ha reunido en Daliccionario (Tusquets) los mitos, sÃmbolos y objetos más usuales que aparecen en los lienzos del pintor de Portlligat. El libro contiene 132 entradas, desde la A de América hasta la Z de Zapato
Y, avanza Enric Bou, el concepto más presente en la obra de Dalà es el Ã�ngelus de Millet. "Este mito, trágico en el adjetivo de DalÃ, es un resumen extraordinario de las obsesiones del joven DalÃ, de su relación con la sexualidad, con su padre, con Gala. Y concentra su teorÃa de la paranoia crÃtica que fue su gran aportación al surrealismo, algo muchÃsimo más importante que la escritura automática de André Breton". El libro es además una excelente introducción a la literatura daliniana, cuya calidad, "era un secreto a voces", según Bou, quien sólo lamenta los distintos criterios filológicos que afectan a sus ediciones.
Entre las entradas del Daliccionario figuran las siguientes:
HORMIGAS Dalà las relacionaba con la putrefacción, probablemente a causa de una fuerte impresión infantil. En algunas pinturas representan el vello púbico. Dalà llevó hormigas de Cadaqués a ParÃs, donde se rodaba El perro andaluz, de Buñuel.
RELOJES BLANDOS Objetos irracionales que denotan un origen afectivo. Dalà decÃa que sus relojes blandos no eran más que "el auténtico camenbert tierno, chorreante y estrafalario del tiempo y el espacio". Pero para el escritor Max Aub eran un signo de impotencia sexual, de que "DalÃ, no das la hora..."
ASNO PODRIDO Dalà y sus compinches de la Residencia de Estudiantes de Madrid calificaban de putrefactos a los artistas trascendentales y a los burgueses. El Platero de Juan Ramón Jiménez era un burro podrido que puede verse sobre un piano en El perro andaluz.
EXCREMENTOS Junto con la sodomización, ocupan un lugar singular en el imaginario sexual de DalÃ. En diversos cuadros aparece un recuerdo infantil provocado por su padre, el notario, que llegó un dÃa a Cadaqués con los pantalones sucios --"¡me he cagado!", pregonó-- y avergonzó a Dalà para siempre.
TELÉFONO Motivo central y misterioso de El enigma de Hitler, donde aparece junto a un plato de judÃas y una foto de carnet del dictador. Parece que Dalà se sentÃa inquieto por la declaración de guerra contra Alemania por parte de Francia e Inglaterra. También diseñó la sofisticada langosta-teléfono.
SODOMÃ�A Junto con la felación y el onanismo, muy importante en la sexualidad daliniana. "A mà los pechos y el sexo femenino no me interesan. Me interesa el culo, porque es un agujero claro, limpio. En cambio en el sexo femenino hay labios, clÃtoris... Uno se pierde allÃ. Además, por allà nacen los niños. Y por el agujero del culo nunca ha nacido nadie. Por lo menos que yo sepa", dijo Dalà en una entrevista.
asi me he kedado
