Víctor era un niño que nunca se divertía con los juegos de los demás niños. Ignorado por sus compañeros, siempre salía del colegio donde estudiaba y marchaba para su casa por el mismo camino.
Los compañeros de su clase, se metían con él por como iba vestido y por sus gustos, que eran considerados raros para el resto de su clase. Al llegar a su casa, junto con su madre, ya que su padre se había separado, hacia sus deberes del colegio y luego se ponía a jugar con sus juegos en la playstation que le regalaron los reyes ese mismo año.
Un buen día, saliendo de clase se encontró en su camino con un libro tirado en la acera, le llamó la atención las pastas oscuras del mismo. Cociéndolo entre sus manos lo ojeó un poco, fijándose en los dibujos que contenía. Guardándolo en su mochila, lo llevo a su casa.
Esa tarde, después de terminar sus ejercicios, sacó el libro de su mochila y comenzó a leer por el principio. Se trataba de una rara historia. No tenía título en sus pastas y tampoco parecía estar editado.
Enseñándoselo a su madre, está le comentó que tendría que preguntar en el colegio por si lo habían perdido. Eso hizo al día siguiente, pero el libro no era de nadie, por lo que se lo quedó y siguió leyendo con curiosidad aún mayor aquella historia.
Día tras día, le iba gustando cada vez más lo que le leía. En sus recreos, se sentaba junto al árbol del parque donde salían a jugar poniéndose a leer, y lo mismo al llegar a casa.
Aficionándose por la lectura tanto, que al terminar el libro, sintió ganas de leer más historias interesantes, le pidió a su madre permiso para ir a la biblioteca a leer después de clase o sacar alguno para llevar a casa.
Con esto, no solo aumentó sus conocimientos si no que también, se hizo con un grupo de amigos al que les deleitaba con sus historias aprendidas en los libros, creando en ellos el interés por la lectura.
En ese momento, el libro de pastas negras que tenía sobre su mesa de estudios, desapareció de allí, apareciendo nuevamente en el camino para ser encontrado por alguien que lo necesitara.
