Sangre

[Sumiciu]

Era una tarde soleada en una ciudad vivaracha, casco viejo, a la sombra que proveen los comerciales. Había algún monigote rojo escalando hasta un balcón y una canción que rechinaba por los altavoces. Los críos corrían de un lado al otro de la calle y varias personas se colocaban con risas a la puerta de un bar. Había alguien sentado en la fuente con una vieja guitarra cantando canciones sobre pájaros, memoria y epopeyas bélicas de un antiguo general, a veces es rocanrol, a veces simplemente una rumba.

En un banco una pareja no daba minuto a la tregua, él acariciaba el rostro de ella con una suavidad casi pasmosa al mismo tiempo que le cogía la mano. De vez en cuando y a traición, le robaba un beso; de vez en cuando y con complicidad deslizaba sus dedos desde la mano hasta debajo de su falda, ella cerraba los ojos y sonreía. Parecían felices y ajenos a la escena de alrededor.

En un momento o dos, no hubo nadie para contarlos, se envolvió con gritos el paseo, alguien que desde hacía ya unos minutos gritaba "justicia y libertad" en la calle ante la indiferencia general, de repente se puso a llorar. No hubo palabras, fue tan solo un segundo lo que tardó en detonarse la ira, una explosión incandescente que no dio oportunidad a explicación alguna. Una explosión de sinsentidos que únicamente podía tener explicación en los arrabales de la desidia humana.

Y en el momento pactado aparecieron esos (viejos) fantasmas que siempre aparecen cuando quiere dársele oportunidad a la conciencia, a las manos o a la voz desnuda.

Hubo una explosión, quizás un disparo, quizás un aviso y una desbandada a continuación con una rapidez que competía en ventaja contra los segundos. El humo negruzco poco a poco iba atenuando el sol y la sombra fue haciendose paso a paso con el total de la calle. Las palomas fueron las primeras en huir y dieron pie y aviso al alboroto.

Todo sucede tan rápido que no da tiempo a mirar, la tormenta entre rayos y truenos pasa deprisa y sin dar ocasión a ver. Poco a poco se va despejando la calle....

Hay alguien tumbado en el suelo a quien se le abraza una chica joven que no deja de apretarse a él y cubrir con sus manos la herida que tiene en la cabeza. No muy lejos de allí, escondido en un portal, un hombre de unos setenta años sostiene a su mujer que a penas se tiene en pie que tiembla y llora mientras se acuerda de Dios.

En un bar cercano la gente aparta los cristales de la entrada, va saliendo con miedo, inseguridad, desconfianza y con el odio tatuado en sus ojos, se van colocando la ropa, el peinado y frotandose la espalda. Alguien les exhortó a que salieran, la negativa fue la respuesta...

Cuentan que en todo momento hubo alguien que no dio un paso atrás y permaneció firme ante la desbandada. Estaba sentado en la plaza, haciendo no se qué con la vista fija en el suelo, al parecer, se puso en pie y llegó a mirar al demonio a los ojos. Ahora también yace en el suelo con las uñas rotas y los dedos ensangrentados, entre otras cosas, aunque es apartado rápidamente del lugar y recogido antes de que lleguen las ambulancias.

Al apartarlo deja ver tras de sí un par de adoquines levantados, y en el sitio donde debería estar estos, un intento de arañar la tierra que bajo ellos reposaba, nadie quiso saber lo que buscaba. Ni siquiera si lo encontró.

Una mujer con un niño que no se despega, entre lágrimas, de sus faldas abraza a una pequeña que se había quedado en un rincón.

Alguien se pasea con el rostro firme y el paso rápido para comprobar que todo está en orden, echa rápidos vistazos a los lados y procura no inmutarse.

Hay gente que pregunta, pero nadie ha visto nada, llegan las fuerzas del orden y piden una explicación al tiempo que recogen diversas banderas y pancartas que se habían quedado tiradas en el suelo. Vuelve a oirse la canción y se encienden las luces de los comercios.

El coche de la policía va despacio hacia adelante. El chaval de la guitarra la arroja a la fuente, destrozada y busca una papelina en su bolsillo sin conseguirlo. Levanta la cabeza y de repente se da cuenta de que ya no hay nadie que le siga, lee algo en la pared...

[Gorbeia]

Policía asesina ...

[Cronos]

Los escritos del señor sumi casi siempre suenan a barricada...

Aplausos, maestro.

[_darkangel_]

O_o joder sumi..
genial