"La morte rouge"

[Lhy]

?LA MORTE ROUGE?

Antón hace media década que no pone un pié fuera de su viejo y oscuro piso. Dedica su vida a una obsesión: Los sellos. Colecciona todo tipo de sellos de todos los rincones del mundo y de todos los tiempos. Desde que su madre murió ya no recibe visitas de nadie, ni familia ni amigos. Es un hombre solitario amante loco de los sellos, es por eso que mantiene correspondencia con gente de todos los lugares. Cada mañana espera ansioso la llegada del cartero que le deja las cartas por debajo de la puerta, para así poder extraer los sellos. El cartero sabe que a Antón no le gusta recibir visitas, por esta razón nunca pica a la puerta ni cuando la entrega necesita una firma del anfitrión, pues en estos casos el cartero entrega el acuse de recibo por debajo de la puerta y a la mañana siguiente se lo encuentra en el hall de la planta ya firmado. Así el timbre del piso número 23 hace tiempo que dejó de sonar. Y es por esta razón que el rostro de Antón se mostró sorprendido el día que, mientras estaba él con sus gafas de ver de cerca, sus pinzas coge-sellos y su vieja lupa estudiando cada detalle de un sello que le había llegado de Suecia, el timbre sonó. Antón ante aquel estridente ruido ya casi olvidado, se sobrecogió y miró incrédulo hacía la puerta. Tras quince segundos de silencio, éste se volvió a romper con el mismo sonido, Antón siguió inmóvil y con la mirada fijada en la puerta, diez segundos más y por tercera vez sonó de nuevo el timbre. Ante la insistencia que confirmaba que había alguien detrás de la puerta pulsando el botoncito impertinente, Antón se decidió a contestar ?Ya va, ya va!- mientras se dirigía a abrir la puerta. La abrió tímidamente y con precaución. Era una mujer con el uniforme azul de los carteros, -Buenos días señor Delate, soy Loli, la nueva cartera. Le traigo sus cartitas y necesitaré que me eche una firmita aquí ,¡ justo aquí!- Pero Antón con los ojos abiertos como naranjas no podía apartar la mirada del centenar de sobres con sellos que sobresalían de una de las maletas de la cartera. El hombre ni harto ni perezoso se tomo la libertad de pedirle a la cartera que le dejara ver aquellos sobres. La cartera, sorprendentemente, no dudó en entrar hasta el comedor y volcar todas las cartas sobre la mesa. Antón tomando la expresión de loco se abalanzó, como se abalanzan las palomas sobre las migajas de pan, sobre toda aquella carne fresca que se mostraba ostentosa ante sus ojos. La cartera con una sonrisa maliciosa y sin apartar la mirada de Antón deslizó la mano por la mesa suavemente hasta alcanzar el abrecartas. Sigilosamente hizo un paso detrás de otro, contorneando la mesa redonda hasta situarse justo detrás de Antón que estaba observando uno de los sellos con peligrosa atención. Loli, la cartera, acercó con delicadeza el abrecartas a la nuca del coleccionista y, con decisión, se la clavó atravesándole el cuello en un segundo. Mientras el cuerpo de Antón se retorcía de dolor, ella lo agarraba con fuerza y, con cierto esfuerzo, le quitó las gafas de ver de cerca. Una vez éstas en su mano dejó de agarrar el cuerpo dejando que se desplumara sobre el suelo. Con la misma cara que unos minutos antes Antón miraba los sellos, Loli miró las gafas, sonrió y se las guardó en la otra maleta que contenía un centenar de diferentes gafas de todos los colores y formas diferentes. Se dirigió a la cocina, se lavó las manos ensangrentadas y salió victoriosa por donde había entrado.


(No Neruda no, el cartero nunca llama, pero cuando llama...)




Lhy.

[Cronos]

Coleccoinistas... distintos.

Curioso, me gusta.

[Kaizen]

Diossssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss....

Brutal. OLEEEEEE del mes.
Magníficamente escrito y con un final absolutamente imprevisible. Aún estoy desorientado, pensé muchas cosas... pero ninguna coincidió con el final.
Mi enhoirabuena por un texto así.

[sexto_anaklan]

Coleccionista de aplausos es usted... y me encanta comprobar que sige utilizando su talento para reiterarme que debería dejar de malgastar el mío (que no es mucho) en patrañas disfrazadas de amor...

[Lhy]

Vaya! no saben como me alegró que les gustase el texto!

Anaklan, (seis abrazos!) Tu que me lees con buenos ojos! (seis besos) (ansio leerte ya en forma de versos...)

Kaizen, ¿de veras le gustó? me alegra demasiado... le agradezco la lectura! le juro que me voy a pasear contentísima, por vos! gracias!

Cronos! que grande sos vos! no se deja pasar ni una de nadie! que gran lector y poeta. Debo aplaudirle. Un afectuoso abrazo.