Cinco minutos de descanso,
breve intervalo de tiempo
para unas torpes palabras
que irrumpen en mi cuaderno.
Con ojos abiertos en noche cerrada,
pulsando las teclas de la nostalgia,
voy consiguiendo olvidar los momentos
que no merecen ser recordados.
Un trago de vino rancio,
un porro mal liado,
un sucio vinilo rallado
y un viejo condón pinchado.
Mi saliva se estremece
al contacto del silencio,
que no hay morena suficiente
que se resista a tu secreto.
Que un cadáver en las cumbres
no hace firmamento.
Y caigo en tu juego
reventando tus versos.
Y si quieres, me engañas
que no me faltan verdades
pa? encadenarme a la distancia.
Que ya volverás otro día
a limpiarme las legañas.
Que yo me entretengo y escribo
y esquino las puntas de mis pestañas
mientras esquivas el inexistente destino,
traviesa y torpe musaraña.
un saludo y gracias por atreveros a leerme!
