Comida entre los dientes

[Riestra1926]

El verano da una vuelta de tuerca más,
los niños solitarios de ciudad
devoran asfalto con sus alpargatas
y tienen los ojos rojos de llorar.
Ellos se desenvuelven como pez en el agua
y yo me ahogo,
las sueños deshechos de los desertores
me arrinconan,
las bocas voraces son capaces
de todo.

Gente fomentando instintos primarios
con su camuflaje.
Aquel que cruza la calle
es, a primera vista, un perdedor
pero le van retos.
Nunca adivinarás de qué color
tiene el corazón,
ni si lo tiene entero.

Siempre gana el bueno
aunque el resto lo dé todo,
siempre pierde el malo
y se le queda la miel en los labios.

Gente reunida bajo las farolas
intercambiando proyectos rebeldes
contra el que se ponga delante,
demasiados espíritus salvajes.
Aquel que pisa con saña
parece un valiente,
pero tiene el mismo miedo que tú y que yo
a ser
comida entre los dientes de Dios.