y tus labios curando la herida,
diciéndome que todo saldrá bien,
que también tú soñarás conmigo esta noche,
susurrándome cosas al oido.
Te miré con ternura y te quise,
tu sonreiste y me enganchaste
a una droga que no mata pero ahoga,
y nos fundimos en un beso,
tu lengua quería ser yo, y la mía ser tú.
Recité una poesía con mis labios
mientras aun eran tuyos,
y besé tu cuello mientras olía tu pelo,
y tu me besaste, lo recuerdo,
y me dijiste esa frase que no olvidaré.
Fueron sólo tres palabras,
pero mi cuerpo se estremeció
y se me ahogaron los ojos en lágrimas,
miré al cielo y sonreí,
ojalá no amaneciese nunca...
Ya nada podía romper nuestro sueño...
