que no pienso recogerla
que despierten mis penas
que yo espero por ellas.
Cuando las dos oigas marcar
mis sueños se ahogaran en el mar
de la indiferencia, que no quiero pensar
en canciones que no he de tocar.
Que se mueran los poetas
y que me arrastren a su lecho
que todo huele a mierda
y de mis versos me he deshecho.
Que se abran las cortinas,
que me muestren esa luz,
que ilumine cada clavo
que me agarra en esta cruz.
Que se cierren esas bocas
y se callen de una vez
me la sudan los profetas
que me dicen lo que hacer.
