y recogí poesías
sembré el camino de risas y llantos
que alimentaban mi desidia
cogí el zurrón de los sueños
y bajé por aquella colina
en busca de la paz interior
que me brinda tu sonrisa.
Por haber sembrado versos
para regalarte una flor
me obsequiaste mil delirios
que atormentan mi cabeza
por haber sido un soñador
me topé contra tu muro
e intentando rodearlo
recorrí todo el planeta.
Ahora siembro poesías
quiero recoger versos
y me enamora una sonrisa
o una palabra de afecto
de aquellos que no provocan
melancolía en mi cabeza
ni pretenden las estrellas,
aquellas que no se tocan.
