Ríos y Amaneceres (Nosotros)

[Quayle]

Melodía de flauta dulce era lo que sentían mis manos
cuando intentaban atravesar tu piel,
cuando agarrando tus pentagramas con los dedos,
los hacían sonar como acordes de un ayer.

Se deshacían burbujas en mi boca, entre mis dientes,
el amor rezumaba desde mi garganta o desde el estómago,
y en mis labios agolpábanse las corrientes,
del mar arrojadizo en este dulce acantilado.

Nocturno el día y de ceniza el sol, llovíamos juntos
encauzándonos en pendientes de arena y tierra
y en mil meandros de agudas y obtusas emociones
desembocábamos en lo cálido de un poema.

Amanecíamos, surcábamos los cielos acostados,
y lentamente por el cénit, dejábamos pasar las horas
anocheciéndonos con la luna en nuestras manos
colocándole en el centro de la llena una flor roja.

Sobre sus pétalos, seguíamos nuestro cuento infinito,
con nuestros párpados de hielo que del calor lloraban
y mis besos bebiendo de tus mejillas el frío
que a mis labios con su aroma condenaban.