enkarcela la kárcel de mi pecho enceldado,
de mi korazón deshauciado.
Las mañanas tan kansadas
gimiendo tanto,
las noches tan bajitas
q se me echan encima.
No debería pensarme tanto
ni debiera olvidarme
d mi kuerpo vagabundo
atrapado en los kallejones
del tomate d mi cerebro.
Kualkier día de éstos se hace ketchup
y nadie lo kerrá para komerse sus patatas.
