Húmeda pared de castillo,
me parecieron tus labios
cuando en aquel escondrijo,
me encontraron tiritando.
Y sonsaqué al poco tiempo,
con mi espuela de vaquero,
mi propia mirada de hielo
que agonizando moría en el suelo.
Le eché una mirada a tus ojos,
y sin barco fui marinero,
me enrolé en sus iris locos,
y sin juicio no fui cuerdo.
Así me hice muy pequeño
y dormía en tus mejillas,
arropado entre los surcos
de tus múltiples sonrisas.
Y luego al despertar
caí de bruces en tu abrazo
de estos sueños del soñar
de este ilícito borracho.
Sueño sin enhebrar
¿Quién está conectado?
Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 7 invitados