Habíamos partido empujados por un sueño y ahora mecíamos nuestras peores pesadillas, impulsados solamente por la fuerza feroz del oleaje. Algunos, quizás, ya habían comprendido la inmutable esencia de su destino y por eso vomitaban sobre la borda la indigesta carga de sus ilusiones. El mar engullía su vómito, sin duda se preparaba para devorar el contenido completo de aquella barca.
En tierra, aquel cascarón había parecido más seguro, suficiente para trasladar tantas esperanzas de orilla a orilla. Ahora no era más que un féretro oscuro que flotaba al ritmo del llanto de los niños y los rezos de las mujeres.
Mañana, tal vez, muchos yaceríamos en una playa soleada, los ojos aún firmemente cerrados. Pero muertos. Aunque, eso sí, quizás recogidos y enterrados como respetables cadáveres de verdaderos seres humanos.

VALE.
PD:DELTO ; va Por ti , Dale punki dale.
Miau