Hoy me desperté sin ganas de vivir, con lágrimas en los ojos. Me dije que tal vez deberÃa de seguir siendo fuerte, seguir sonriendo, como siempre, como si nada pasara a mi alrededor.
Me levanté de la cama justo antes de que a mi hermana le diera un ataque fuerte de migraña y me propuse desayunar. Mi hermana deambulaba de habitación en habitación, intranquila. Le dije que se calmara y se metiera en la cama, pero ella no querÃa, habÃa vomitado la tortilla de pastis que le habÃa dado mi madre. Llamé a ésta para que volviera a casa y la ayudara, porque a mi me resultaba imposible contener los llantos y los gritos que le sucedieron a mi hermana.
Cuando mi madre llegó y pude, al fin, desayunar tranquila, abrà mi libro por la página 245. "Beatriz y los cuerpos celestes" discurrÃan en mi mente desde que habÃa leÃdo la página 1 del mismo. En una forma extraña de meterme dentro de todo lo que leo, hacerme protagonista o simple expectador decidido a soportar las historias en mi propio corazón. Al acabar recogà la mesa, lavé mi taza y mi plato, y me vestà para ir a clase.
Vida rutinaria. Pero lo peor es que no quiero salir de ella. Porque todos los dÃas a partir de las siete de la tarde veo a mis amigos, y con ellos me siento diferente. No es como estar en casa, peleándome siempre con mi hermano -la única persona a la que he odiado nunca- Tal vez ahà esté mi problema, que no sé vivir sola. Necesito refuerzos, alguien que me sustente, me ayude. ¿Y cómo coño sobrevivà en una ciudad en la que no conocÃa a nadie? La esperanza, supongo. Sólo son 4 años, me prometÃa dÃa a dÃa. Sólo es un mes y te volverás a ir a tu patria, a tu universo, ese lugar que has convertido en el santuario de tus dÃas. Pero, sigo sin entenderlo, ¿por qué no quiero salir de aquÃ, si al fin y al cabo odio la rutina y me encanta viajar y me encanta ser libre?
Me gustarÃa no tener que irme, quedarme aquÃ. Pero ya veis, todo cambia, siempre cambia todo, nada es inmutable, el tiempo conduce su carromato de cambios y los va dejando cada uno en su lugar. ¿Existirá un dÃa en el que deje de ver a mis amigos? ¿Dónde iré a parar? Es mi gran dilema...
...hoy me desperté con lágrimas en los ojos, sólo me queda una semana. Y lo más cojonudo es que cuando estoy allÃ, estoy a gusto con mi vida y mis amigos; aunque sea un mundo más frÃo y me haga sentir más sola que de costumbre. No, no quiero irme, no quiero que pase el tiempo y que todo lo he ido acumulando se vaya sin decir adios. Tal vez me siento vieja ¡a mis veinte años y ya rodeada de dudas y pensamientos incomprensibles!
¡¡¡A LA MIERDA TODO!!!
PD. Perdonen la rayada... una que a veces necesita desahogar, aunque l que diga esté falto de sentido.
Difuso, que paren el tiempo
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