Ven si tienes huevos (Kamawookie, BeiTa e Intru)

[La Intru]

La una menos cuarto de la mañana. No veía ni mijita. Aquel hombre se agarró como pudo a una farola y comenzó a gritar: ¡El apocalipsis!, ¡El apocalipsis!

La gente a su alrededor, ciertamente era demasiada para lo tarde que era, se quedó estupefacta. El hombre seguía gritando ¡El apocalipsis! y la gente seguí mirando con cara extrañada. Sólo una persona, y yo no era, pasó de largo, como queriendo pasar desapercibida entre los peatones de aquella oscura calle

Aquella persona, vestida totalmente de un rojo sangre y con un maletín en su mano derecha, al ver el espectáculo aceleró su paso y se perdió en un callejón. Yo conocía de sobra ese callejón, había sido mi picadero durante años, y no tenía salida, ni puertas, ni ventanas al alcance de nadie, me quedé mirando a ver si salía de nuevo, pero no, me acerqué con la intención de investigar un poco...

Enseguida retrocedí estupefacta. Mi mente no podía albergar semejante escena dantesca. Me dió un vuelco el estómago. Creí morir. Aquel hombre estaba sentado en el suelo y se estaba comiendo unos espaghettis que salían de su maletín. Al mismo tiempo, no paraba de llorar. ¿Que le pasaría?. Hablaba solo, con alguien al menos que yo no acertaba a ver en la oscuridad.

Los espaghettis eran interminables, si no recuerdo mal conté al menos quince minutos allí plantada. No había mucha luz, el callejón era muy oscuro, pero cuando mis ojos se acostumbraron vislumbré tenuemente los rasgos de aquel hombre. Los ojos eran pequeños, casi tanto como su naricilla y la boca de labios muy finos. La cara era redonda, tal que una pelota. Y su voz, su voz me recordaba a alguien.

Me acerqué con el máximo sigilo posible. Dios. No debería haberlo echo. ¿Oiga?, ¿Oiga, está usted bien?, le pregunté. Cuando hube llegado a su altura pude comprobar con horror como aquello no era pasta. Los hilillos de un corazón aún palpitante, estaban siendo masticados con total normalidad por aquella fila de dientes bien afilados. Me quedé paralizada de terror.

Ese ser se me quedó mirando muy fijamente.

Trazó una especie de mueca que parecía una sonrisa y en mi estupefacción se arrancó los ojos.

Tembloroso aquel ser me tendió los ojos para que los cogiera, yo, sin saber muy bien cómo reaccionar los cogí sintiendo dentro de mí una mezcla de curiosidad y nauseas. Cuando aquellos ojos, aún sujetos a sus cuencas por unas débiles venas tocaron mi piel, sólo me caí de rodillas y empecé a vomitar. Horrorizada abrí los ojos y descubrí que lo que salía de mi boca eran esos hilillos de un corazón..
..aúin palpitante, de mi corazón.

El hombre dibujó una sonrisa de satisfacción. Yo no sabía como reaccionar. Me quedé allí, sin moverme, pero con la energía de mil motores en marcha. Extendió los brazos y me dijo que ya podía devolverle sus ojos.

Pasaron tres minutos, más o menos, sin que ninguno de los dos dijera nada más. El hombre reía, ya cada vez q1ue yo veía sus afilados dientes me daba la sensación de que algo más de él estaba esperando. No podía moverme. Mi corazón seguía saliendo en hilillos que iban a parar a su maletin, y cada vez había más fuerza dentro de mí. ¿Qué era aquello? ¿Por qué si mi órgano vital iba desaparenciendo, yo cada vez me sentía más viva?

Apenas me quedaba vida. Sin embargo, otra vida comenzaba a asomar. Dejé de sentir hambre, frío, angustia, dolor. Un intenso calor se apoderó de todo mi cuerpo. Había muerto y sin embargo estaba más viva que nunca. Tenía hambre. Mi cuerpo pedía corazones que arrancar, sangre que beber....

Sonreí satisfecha y me alejé de allí a una velocidad sobrenatural.

Fuí a buscar a mi antiguo novio. Le seduje lo suficiente para que acabara otra vez entre mis piernas. ¡Hombres!, ¡jajajaja!, ¡siempre se rinden ante una mujer desnuda!. Golpeaba su cuerpo contra el mío sin cesar. Yo le dejé hacer. Estaba disfrutando. Los jadeos de mi ex novio. ¡Esa voz!. ¡Eran la misma voz!. Yo, como antes, no sentía nada. De repente, lanzó un grito desgarrador y se derrumbó encima de mí. El momento había llegado.

Estaba totalmente indefenso. Arrugado como una pasa. Acabado. Hombres. No aguantan nada. Le apreté con fuerza contra mi pecho y no dejé que sacara su pene de mi vagina. Moriría con ella puesta.

Aquel chico no pestañeó. Se quedó con la boca muy abierta sin saber que decir. Se agarró el paquete en un movimiento reflejo y se largó de allí como alma que lleva el diablo. Yo es que no aguanto a los moscones, ¿Y vosotras?

PD. Un placer escrbir con ustedes dos, besazos.

[LCF666]

juer xD

[larebol]

ejejej, joer no estaría hacer eso alguno de mis ex ejejejej

[Icarus]

Un placer escribir con ambas. Siempre.

P.d.: Continuará.....

[BeíTa]

Jejeje, que tiemble... ahora que Kamawookie es una más

[Delto]

Jum, mu bueno eh, a la intru decirle que tenemso algo pendiente y Beita un besote enorme y como no al kama otro ma jajajajaja

[ralde]

dios q tremendo!tremndo!me enkantó!

[gallipato]

..

[Icarus]

Jejeje, que tiemble... ahora que Kamawookie es una más

¿Una más?...mmmmm.¡Ojito que yo soy muy hombre!. ¡eh!. Lo que pasa es que desde que tengo novia os entiendo mucho mejor. Cuanto pesao hay suelto y lo que teneis que aguantar...en fin....

[Imanol...]

mu grande el texto tias y KAmawoo!!.. m dais envidia d lo bien k eskribis... a años luz d mis poemas...

[Cronos]

De acuerdo con lo de los pesados... aunque pa ligar a veces funciona lo de hacer de espantamoscones

El texto, cojonudo.

Me recordó aquello de...
"Ella era la reina de las aves
y yo era un miserable ratón
me desabrocho algo que no sabes
y me comio el corazón chup! chup! chup!"