
Declaración de intenciones (con un par).
Te cantaré mis ladridos
cada día, junto a ti,
cantados por mi sentir
para endulzar tus oídos.
Te soñaré cada noche,
acostado en tu portal,
asomado al ventanal,
queriéndote sin reproches.
Te esperaré, con cojones,
que me vengas a buscar,
con mi zueco de cristal,
que ya pasa de las doce.
Te compondré mil canciones
para poderlas gritar
colgado de tu compás,
amando sin condiciones.
Te ofreceré mis latidos
y mis ganas de vivir
que se van con los sin ti
y vuelven con los contigos
___________________________________________
A veces quiero huir. A veces, La Depre, mi pérfida consejera desde hace tantos años, intenta convencerme de que deje de soñar contigo. Pero, ¿Sabes? No me sale de los cojones. Te olvidaré cuando te olvide. No pienso usar mi voluntad para romper algo bonito, algo que me ha ayudado tanto.