Abrí la puerta, y una cascada de flashes de colores cayeron sin discreción, micrófonos amenazantes y preguntas insolentes llenaban la escena del ciempiés. La libertad duradera de hoy se mezclaba con el zapato de tacón, de aguja. Vestidos de 7 ceros, con películas de cartón. Diamantes exhibidos, glamour de contenedor. Manos suaves rozaban a tu cura confesor.
La gente con la que iba lo soportaba mejor que yo.
Sonrisas esperadas, comentarios graciosos, y saludos opacos entonaban el ?mi día es hoy?. La delgada alfombra roja era sinónimo de trabajo, lo que hoy perduraba era ya un clásico. La alfombra se acababa y cuando acabe, acabare yo.
Las últimas víboras apuraban, esperaban la salvaje erección.
Me agobiaba todo esto. No soporto tanto hipócrita, tanto buitre amenazador. Yo soy más sencillo. No nací para esto.
No nací para ser chofer de famosos
Acuidarse,
Gorbes
flashes varios
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