El puto sabor de la cerveza caliente,
la nube de humo que lo oculta todo,
el ronco cantar de una garganta ardiendo
y con la cabeza a punto de estallar.
Apoyado en la barra, mano a mano, mi amigo.
Juntos nos metemos vinagre en el cuerpo
pa dejarnos de hostias escupiendo a Dios mismo.
Carcajadas y risas, y los sentidos a fuego
expectantes buscamos cuerpos sedientos.
Pero el olor nos delata, estamos perdidos
y borrachos volvemos a casa gimiendo.
La mañana se acerca, y delata lo que en la noche se ha sufrido,
pero yo paso de todo, si de verdad quiero seguir vivo.
Cualquier fin de semana
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