Casi cuatro años después de que el analfabeto e Bush malganara medio fraudulentamente las elecciones presidenciales norteamericanas, se acerca la fecha electoral siguiente a la de 2000. Es posible que no las gane esta vez, pero es posible que quizas las vuelva a ganar, sobre todo teniendo en cuenta el grado de manipulación informativa que se alcanza en Estados Unidos cuando se quiere conseguir algún tipo de beneficio, en este caso electoral, y también teniendo en cuenta que el cincuenta por ciento de los norteamericanos se abstienen y nunca van a votar, por dos razones, porque allà el grado de riqueza, bienestar y paz dura ya más de doscientos años [en lÃneas generales] (...)y la gente no se preocupa en quien es el presidente pues nada cambia, y también porque el nivel de competencias y responsabilidad local es muy elevado, asà por ejemplo en Estados Unidos se vota para todo, desde para elegir al director del colegio de tus hijos hasta el juez de guardia o el presidente de la audiencia de tu distrito, entre otros muchos crgos, de ahà que el cargo de presidente sea poco importante para la mayoria de los norteamericanos, y mucho más para ese 50% que ni siquiera se preocupa en votar.
Pero lo preocupante, no es que Bush salga reelegido presidente, lo verdaderamente preocupante es que si es designado presidente el candidato demócrata, nada va a cambiar, porque lo grave, la herencia que Bush deja al mundo es la famosa War on Terror, la guerra contra el terrorismo, concepto que los polÃticos norteamericanos han hecho suyo independientemente de su ideologÃa polÃtica, lo cual significa que la polÃtica exterior de la administración Bush puede variar en las formas si cambia el presidente, pero no en el fondo, pues la Guerra contra el Terrorismo es la gran falacia de principios de este siglo, el concepto que hace justificar y legitimar la agresión como modo de defensa, la guerra preventiva, la aleatoriedad. La prolongación del statu quo mundial basado en la explotación egoista del Todo por una Parte.
AsÃ, la guerra en Irak o la guerra en Afganistán son las dos vivas muestras de que el actual sistema necesita de enemigos y fantasmas para sobrevivir, pues de ese modo se desvÃa la atención hacia el otro, la famosa teorÃa del chivo expiatorio de René Girard, y lo más grave y perverso de los últimos tiempos, cuando la realidad supera a la ficción, es que ya ante la ausencia real de dichos enemigos, el sistema se retroalimenta con esa necesidad inventándoselos, la guerra contra el terrorismo, no se queda en una sola invención, sino que como toda gran falsedad, acaba por cobrar vida propia y por materializar en parte o en la totalidad los argumentos que esgrime o arguye, asÃ, el terrorismo evoluciona y se adapta a su creadora, en este caso la guerra contra el terrorismo ya no es el efecto, sino la causa, de modo que las nuevas formas de lucha parten directamente de la ineptitud, la mentira y la vileza de los teoricos de dicha guerra, que está aliementada por los más bajos instintos de determinados seres humanos cuya pretensión es la acumulación de recursos y la justificación de su modus vivendi a todas luces insostenible justamente, como ilustración de esto último, Iraq, donde hace un año, antes del comienzo de la invasión angloamericana al Qaeda no estaba presente, mientras que hoy dÃa la War on Terro le ha abierto un nuevo campo de operaciones, un paÃs entero.
Guerra contra el terrorismo, que mana directamente del imperialismo angloeuropeo más rancio y siniestro, que exportado a norteamérica, se ha expandido y deteriorado.
War on Terror
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