Y lucho en el fragor de una batalla,
entre las minas, el fuego y las miradas obscenas.
Levanto más alto que el cielo el puño,
entonando un grito desgarrado pidiendo el silencio.
Y aunque nadie me escuche y me acribillen a tiros,
la esencia pura de mi alma entreabierta por la luz de dos luceros,
irá a parar a la palma de unas manos preciosas como las de las hadas.
Aquellas que en los cuentos caminan entre aguas y cuando,
alarde del sol, sus rayos osan teñirlas de oro,
revolotean juntas acompañando tus pasos y miradas.
Un miedo resbala en tus ojos
y no creo capaz, a un sentimiento tal, de vencerte.
Pues armada con cuchillos y pistolas cabalgas
sobre la grupa de mi orgullo y esperanza.
Olvida pues lo que no miras, y gira la cabeza entre mis brazos,
pues calientes aun se encuentran de las largas noches que pasamos.
Y los astros, aquellos que desde arriba nos miran,
les devuelvo fugaces ciento y un miradas para retarles
a la vida o la muerte que me daría tu ausencia.
Pero las olas son ciegas y solo caminan dormidas,
sin pensar si es la luz del día quien acompaña sus idas y venidas.
Y son solo ellas las que apaciguan nuestra exaltada calma,
que si bien no está olvidada, también parece revenida.
Si son estas quién te alejan,
prefiero dormir antes que luchar y morir por mi vida.
Luchando y creando dormido
¿Quién está conectado?
Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 3 invitados