había una vez unos profesores...

[atascaburras]

había una vez unos profesores...

Un día cualquiera, a cualquier lugar de España, un instituto celebró una excursión. Dicho viaje sólo incluía a alumnos de bachillerato y formativo. Esto suponía llenar el autobús de gente con una media de edad de dieciocho o veinte años. Suficiente para considerarse madura, o al menos seria en el cumplimiento de las más básicas normas de confianza docente-estudiante. Por este motivo las profesoras encargadas de la comitiva permitieron cincuenta minutos de asueto, libres. Confiaban en que las reglas básicas serían respetadas. No fue así.
Cinco minutos antes de terminar la visita y emprender el viaje de regreso, las profesoras fueron informadas de un robo. Un robo perpetrado por dos de las participantes en el viaje. Dos muchachas que, no obstante no ser sus alumnas, estaban bajo su responsabilidad.
Las profesoras se enfurecieron. Se habló mucho aquí y allá, en el autobús, de lo sucedido. Ellas se sentían traicionadas, no por las alumnas, sino por la estupidez humana, la estupidez que impide aceptar y recibir el orgullo de la madurez, de la confianza.
En principio se pensó que las muchachas serían amonestadas severamente. También se dio por sentado que sus padres, furiosos, acudirían al centro inmediatamente. Sin embargo, el autobús dejó a las chicas en el instituto, una vez se llegó y no hubo rastro de las padres. Se les abrió un expediente disciplinario.
La historia no termina aquí. Para sorpresa de las maestras, ellas también fueron expedientadas. El centro recibió las iras de los padres, que se sentían ultrajados por lo sucedido. Temiendo despertar el recelo de las demás familias, se procedió de una forma ejemplar con las profesoras. Alguien tenía que cargar con lo sucedido. Y como bien sentenció a las docentes una de las dos alumnas responsables del robo: "la culpa es vuestra, yo soy menor de edad, y soys responsables de todo lo que haga cuando esté a vuestro cargo. No haberme dejado sola." Sin embargo, la historia tiene un final feliz. Las profesoras evitaron el expediente disculpándose ante los padres de las dos ladronas.
Una vez hubo, en un lugar indeterminado de España, un profesor. Con vocación de enseñante, y ganas de ayudar, se puso frente a los chavales de la ESO. Durante sus años de maestro, la vida le trató mal. Hubo de aguantar diariamente el insulto, la humillación y, más de una vez, incluso la agresión. Finalmente pidió la excedencia, se retiró y se dedicó a vender electrodomésticos en una tienda de su barrio. Se sentía rencoroso y rabioso con el universo. Pero la gente tal vez tenía razón cuando sentenciaba que: "...era un hombre que no sabía aceptar su trabajo. Menudo perro, que se tiraba tres meses de vacaciones, no trabajaba por las tardes y encima pretendía obligar a un pobre muchacho a pasarse día y noche haciendo problemas de matemáticas, en lugar de jugar al fútbol o a la playstation como está mandado para los chicos de su edad..."

[Vicky-tripi]

curioso, curioso, siempre se culpa a otro.... Curioso.

[atascaburras]

Sí ¿verdad? Y triste..

[ChalS]

Pufff, pues si y es más "suele pasar"...