Con la puesta de sol, mezclas de luz se formaron a sus puertas. A la llegada de la oscuridad, pronto recibiría una visita inesperada. Parecía cómo si todo a su alrededor quisiese advertir de ello. Tenía que haber estado más despierto, para haberse dado cuenta antes; de ésa forma, nada hubiera ocurrido.
Las horas iban en su transcurso, sonando una tras otra, cómo habitualmente lo hacían; sólo qué al llegar a las doce, el reloj de pared del salón, quedó parado. No durando mucho en ese estado, permaneció hasta que sus pasos llegaron a encontrarse frente al reloj. Por unos segundos, sus ojos quedaron presa de el, sin poder apartarlos; acaso su mente le estaba engañando o en realidad, aquello que había funcionado durante años y años, se había parado realmente. El reloj, comenzó a funcionar de nuevo. Ves, - diciéndose a si mismo. En que estaría pensando para creer que se había parado.
Se dispuso entonces, a ir por los grandes corredores comprobando ventanas y puertas, cerrando todas las que no lo estaban. Mientras caminaba con un candelabro en la mano, la misma luz que ilumina por delante de sus pasos, iba creando sombras detrás de ellos. Alargadas figuras que parecían tomar forma, que juntándose al sonido del viento de fuera, le hablaran entre susurrantes silbidos. Algo le pareció ver a sus ojos en uno de esos grandes ventanales, como una figura grande. Se asusto por un momento, al mirar más detenidamente, comprobó que una rama podía crear esa sombra y no le dio más importancia. Continúo con su tarea de comprobación de la parte de abajo, para subir a las estancias de arriba. Ya en su cabeza iba formándose una idea, de que quizás no tenía que haber insistido en quedarse solo; sobre todo aquel día. Si les hubiera hecho caso, - pensó para él, ahora mismo, estaría disfrutando de la compañía de todos. Mientras su mente se distraía con sus pensamientos, llego a la escalera que llevaba a la parte de arriba. Al ir subiendo por las escaleras, una de las ventanas de la parte superior se abrió de golpe y por ella entro con fuerza un trozo de rama, que se debió de romper por el viento fuerte que hacia fuera, golpeándole en la cara. Pese a que el golpe le dolió y rasgo la piel del rostro, siguió subiendo a la parte superior. Se centro primero en cerrar aquella ventana, vamos que si la cerro. Ya no se sentía tan bien dentro de la casa. Ésta será la última vez que quiera quedarme dentro de éste sitio, no me siento muy cómodo estando aquí solo.
Cuando hubo recorrido la mitad de la parte superior, escucho en la de abajo como si alguien llamara a la puerta, con fuerza. Al no esperar a nadie, siguió comprobando que las ventanas estuvieran cerradas y se preparo para dormir.
Mientras permanecía dormido, soñó con una dama blanca que le señalo un caballo. Blanco y majestuoso, en el que monto y le extendió su mano para que la siguiera. Algo pareció asustarla, provocando que se marchara galopando de allí. Dando un giro el sueño, creándose una espesa niebla por la que se escuchaba un trotar de un caballo. Esperando a que su bella dama regresara, espero paciente sin moverse. Un caballo apareció, era negro y brillante; solo que no iba montando por una dama blanca, ni negra, si no por la muerte.
Despertando del sueño sobresaltado, se dispuso a encender de nuevo el candelabro que había depositado en una mesita al lado de la cama. El reloj marco las tres de la madrugada, y pareció parar su sonido. Observo luz por debajo de la puerta, como si hubiera alguien al otro lado. Se levanto y con su candelabro, abrió la puerta de la habitación para ver lo que era. Allí no había nadie más que él. Las ventanas se encontraban todas abiertas, y el viento parecía jugar con las cortinas que en ellas había. Escucho lo que parecían pasos en la parte de abajo, y fue a ver que eran. Al descender por las escaleras, también se encontró con una puerta abierta que cerro al momento. Al hacerlo, la luz de su candelabro se apago bruscamente y sintió como le agarraron del hombro. Se giro para ver lo que era y se encontró con una alta figura, que parecía no tener rostro u ocultarlo por entre su gran capucha.
¿Éstas preparado?, - le dijo el extraño personaje
Él permaneciendo callado, no podía creer que aquello fuera real, tenía que tratarse de otra pesadilla.
Llevo mucho tiempo esperándote, y ahora no te voy a dejar marchar. He venido a buscarte y creo, que me esperabas. ¿Por qué si no viniste hoy especialmente a éste lugar? Dentro de ti sabes que es así. No tardemos más, el caballo nos espera fuera.
La sombra de su figura fue desapareciendo mientras iba abandonando la estancia. Todo permaneció tranquilo, el reloj volvió a funcionar al igual que las ventanas se fueron cerrando.
La casa quedo vacía.
Thank you Vicky!!!