... te prometo que me he reinventado...

[sexto_anaklan]

Que el arte es dorirse de hambre es algo que escuché y aprendí de alguna canción. De esos, tantísimos, discos que ocupan un espacio insignificante es nuestras vidas y nuestras alcobas. Esos que ya no escuchas, que no están de moda, pero que en alguna, muchas, ocasiones nos ayudaron a sentirnos más nosotros mismos; o por lo menos a sentirme más yo.

Ayer volví a pasear contigo... a sentirme otra vez yo. A tartamudear cada vez que intento separar mis labios para intentar valvucear y dar vida a cualquier palabra. A sentirme yo despues de haber sido nosotros. A sentirme nosotros, después de no haber podido ser yo en todo este tiempo que preferiste estar sola. Caminé inquieto, pero sin nerviosismo. Seguro en cada paso, pero tituveando en mi avanzar. Lento y calculador, intentando controlar hasta el más ínfimo detalle de nuestro paseo. Y, si, en ese instante... dejé de ser yo. Quiero creer que fueron los nervios los que transformaron mi sonrisa y expontaneidad en seriedad y sobriedad. Y, si, seguí sin ser yo... hasta este mismo segundo, que ya dura demasido, en que intento narrartelo. Todavia no he conseguido volver a encontrar mi camino. Ese al que algunos, de forma metafórica, denominan a su propia vida; para poder decir que cuando se conocieron, fueron los caminos los que se cruzaron.

Sigo buscando el mío. Y no recuerdo como era... no debí dejar huellas, ni rastro que seguir. Pienso, y me río de los poetas que utilizan esta metáfora, que perseguí el rastro de tu camino, dejándo el mío sin andar...

Te prometo que me he reinventado. Y, creeme, ahora lo veo todo de forma más sencilla y clara... ya he vuelto a encontrar mi camino... porque ya te he vuelto a encontrar a ti.



P.D. Gracias al músico, minusválido, de la guitarra española encargado de dar vida al empedrado de mis calles. Autor de la banda sonora que acompañó por un instante, pero infinito, este mi relato.