
Vas buscando cosas que no existen y aún te defrauda no encontrarlas, y después te sientes triste y así se consume tu esperanza, pero tú todavía insistes en ver magia donde sólo hay palabras, melodías tristes y desesperanza.
Después de que te hayan mentido con lágrimas en los ojos, después de hacer el camino que hemos hecho todos los otros, después de haber entendido que no vas a lograr entender, después de todo eso, amigo mío, vas a aprender que nunca has de fiarte de una mujer, nunca te fíes de nadie, nunca hay que fiarse de ningún hombre o mujer, nunca te fíes, de mi también.
Mi vida acaba y comienza entre medio de unas piernas, la vida, en esencia, es una dependencia y tú eres mi esclavitud, tú eres toda mi luz, tú, tú, tú eres mi cruz, tú eres mi única virtud.
A veces me olvido de quien eres. A veces me olvido de que quieres. Y en días como hoy recuerdo quien soy yo. En días como hoy no brillan las estrellas en el cielo y mi corazón echa de menos al veneno. En días como hoy no hay ni malos ni buenos, sólo hay dolor, pasión y deseo, la larga sombra de la ambición desde las tinieblas del miedo, desesperación, en días como hoy me muero.
He ido haciendo el camino perdido sin saber que destino encontrarán mis pies y así cada paso es el suspiro que se exhala antes de desfallecer. Y aquí estoy, siempre me estoy muriendo, allá voy, podría morir hoy, aquí estoy, me arrastra el viento, sin esperanza, sin dirección.
Voy buscando un lugar adonde ir, un motivo por el que seguir y sólo encuentro campos yermos y nubarrones negros que llueven sobre mí. Voy buscando la nieve de abril. Voy buscando, estará por aquí. Iba buscando y me perdí.
No encuentro un camino, no encuentro un lugar, no encuentro un sentido ni lo voy a encontrar, me encuentro perdido, no encuentro la paz, no encuentro un destino, que me venga a buscar. No encuentro un respiro, me encuentro fatal, me encuentro partido por la mitad.
Nunca supe distinguir entre amigos y enemigos nunca fui feliz y nunca nos quisimos. Nunca supe decidir, apostar en el casino, nunca supe elegir, escoger mi destino y el que siembra maíz recoge maizales, y el que siembra vientos recoge tempestades.
Sígueme entre las tinieblas de la desesperación, sígueme, pues no hay más senda, no tienes elección. Sígueme, gritan los sueños que sueñas, a ver si tienes el valor, sígueme con tu vida a cuestas o escoge entre los dos. Sueños, palabras, huellas, todo pasa y nada queda, el mar los arrasa como castillos de arena.
Voy perdido buscando el rumbo, un besito y vuelvo a nacer. Voy perdido por este mundo, un pasito y vuelvo a caer. Vuelvo a caer, cuesta abajo al infierno, vuelvo a caer y nunca caigo de pie, vuelvo a caer, me caigo entre tus piernas, vuelvo a caer, se me pega tu piel. Voy perdido, voy dando tumbos, voy buscando el amanecer y acabo derretido en un segundo en tus caderas de dulce miel. Tu dulce miel, que dulce veneno, en tu dulce miel vuelvo a caer, vuelvo a caer y tú también, en tu dulce miel, otra vez.
En el viento busqué la respuesta y el viento enmudeció. Busqué la respuesta en el silencio y el silencio se murió. La busqué en le firmamento y el firmamento se me cayó. Entonces la busqué en el tiempo, y el tiempo, se me acabó. En sueños busqué la respuesta y no encontré más que desolación, ya sólo salen vías muertas desde la ciudad de mi corazón, trenes que atraviesan la noche desierta como el recuerdo de una vieja canción, trenes que no admiten billetes de vuelta y no paran en ninguna estación. Cabalgan los sueños por la vía férrea, por las vías muertas de mi corazón, los sueños son trenes con destino al infierno, con las ventanillas ardiendo y sin conductor, y en sueños busqué la respuesta y la respuesta un día apareció donde mueren las vías muertas, la respuesta era no.
Contra viento y marea, mi alma es un barco de vela, un puñado de astillas echadas al mar, sin rumbo y sin capitán. A contracorriente, a contraviento, persiguiendo un sueño, una ilusión, un espejismo, una quimera, castillos de arena en tu imaginación. Mi alma viaja a la deriva buscando un puerto que jamás conoció, jamás lo conoció más que de oídas por la letra de una vieja canción. Y las gaviotas desde las rocas le cantan esa canción al mar, y las gaviotas que no son idiotas saben que el sol vuelve y los sueños se van, y las gaviotas sobre las rocas saben que morir también es soñar, y las gaviotas en el horizonte? Y tú dónde estás?
Estoy tocando fondo, ya más bajo no puedo caer, apenas me reconozco o no me quiero reconocer. Estoy tocando fondo con lo más hondo de mi ser y sigo haciendo el tonto que es lo único que sé hacer. No tengo trabajo, no tengo futuro, no tengo ni un duro, no tengo mujer y a pesar de todo sólo estoy seguro de que sobreviviré.