Y en aquellas playas, claras
conocí la verdad
aquella que siempre me hizo sufrir
y no me permitió ver
sin lágrimas en estos ojos
que te miran
más allá de lo que tú mismo ves
más profundo que un lago
más inmenso que un oceáno
más grande que este mundo,
en el que he descubierto que encontrar mi amor,
sólo depende de mí,
y de mis circunstancias,
lo que me enseñó Ortega fue eso que
me hizo levantar la mirada,
me abrió los ojos
y me los cerró al ver que aquellas aguas
en las que te ví y te sentí
se tiñeron de las lágrimas de mi pueblo,
de los muertos de mar adentro...
Se hizo de noche, pero no sonreías.
Estaba a tu lado y yo, impotente,
deseaba que me invitaras a bañarme en tí,
a dejarme hacer, rodeada,
como tantas otras veces,
de tus brazos, de tu cuerpo, de tu aliento.
De aquel olor tan especial que podía apreciar
cuando me despertaba esas mañanas de verano...
¡Dios! ¿Existes? Por qué le dejaste morir, por qué,
no volverá a ser lo mismo...
tantas cosas, tantos recuerdos, tanto calor...
se fue con él...
que no volverá a pasear
con la misma mirada que antes,
ni a verle sonreír
tal y como lo hacía siempre..
todo porque la noche le mató, le asesinó...
con lo que la queríamos todos!
ella siempre tan necesaria,
al lado, de su fiel compañera, la Luna.
No te olvidaré, amor, mi amor,
mi mar, mi playa, mis muertos...
aquellos peces que nadaba a mi alrededor
mientras tú me besabas.
Nunca me dijiste que me querías..
aunque ahora sé que no me lo dirías nunca
porque sólo me lo demostrabas día a día...
Gracias por ser cómo fuiste,
gracias por estar ahí siempre,
gracias por no moverte nunca
y por moverte en tí misma tanto.
Mi cantábrico, mi mar. Te quiero.
¡NUNCA MÁIS!
---> Ojalá nunca máis la incompetencia de algunos lleve al sufrimiento de otros.
Reflejo del cielo
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