Montañas de mis despojos ante mí,
pensamientos apilados de cien en cien,
todo lo que me dispongo a quemar.
Arderá todo y el fuego provablemente
se junte con el del sol y ardan los dos
y como seran ya dos soles juntos,
que arda la humanidad y asi mataré
no solo todo lo que no he querido ser,
sino "todo" en la plenitud de su significado,
después de todo cuando esté calcinado
no lloraré por nada, no es que los muertos no lloren,
es que tu tambien habrás muerto.
Sí, yo no tengo aprecio a la raza humana,
aprecio... tengo aprecio por mis versos,
esperanza... aunque diga que no tengo, miento,
porque el día que no tenga esperanza,
ese dia mojarán mi boca las babas del suicidio.
¿Esperanza de qué?
A lo mejor de ser dueño y señor de tus besos,
no lo dudo, tal vez solo sea eso...
Pero después de todo se bien lo que me da alas
y además de esas cosas que se hacer,
me sentiré feliz en un cementerio
o, bebiendo sin parar, pero hablando en verso,
o dejando que los sueños me empujen,
da igual que sea día pero que la noche no se enfurruñe.
Ahora ya pienso con claridad,
o espera un poco más,
estoy apunto... ahora sí.
Puede que ahora al mirar mis ojos
ya no veas tristeza sin más,
ahora también los veas brillar.
Espejos rotos de mi alma,
cristales de los que bebo,
cristales que se me clavan.
Siempre hay que luchar contra el tiempo
y siempre hay que buscarle algún significado
aunque ambos sepamos que no lo tiene,
aunque valga menos que una peseta vieja.
Tambíen hay que buscar a la fuerza
un por qué levantarse esta mañana
y por qué acostarse por la noche.
Y aunque el día esté mas muerto que Caín
hay que pasar por todos y cada uno de sus segundos
y hay que cagarse en el inventor de las horas,
hay que apilar un montón más de pensamientos
para que puedan arder junto con mis penas.
Y parece que sin buscar las palabras ellas aparcen,
como aparece ese maldito taladro y yo no lo busco,
como apareces tu en mis sueños y tampoco te busco,
parece que el poema es imposible que termine,
porque los tres sabemos que los puntos no existen.
Ya ves que extraño es todo,
ya ves que nada tiene sentido,
y lo absurdo de los inventos,
ya ves que bebo y no te olvido,
solo me vuelvo más sincero
y cada vez mejor persona,
pero en el fondo quiero quemar
ese montón de ruina de enfrente,
que ya hiede como un montón de mierda.
Las historias, como las heridas,
nunca se cierran, solo las pueden cerrar
las grietas del tiempo.
Por eso las hojas de el tiempo están amarillas,
y por eso la costra del recuerdo.
Voy a prender ya, "¿alguien tiene mechero...?"
"gracias... ven, arde conmigo"
Arde conmigo
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Gracias, ya ves que no suelo dejar muchos escritos por aquí, pero a veces los poemas, que casi nunca sirven de nada y que en realidad solo escribo por necesidad, no por oficio... A veces estos poemas me piden cuentas y no hay nada que mas me pueda complacer que el que alguien-como tú- los haga suyos, y así al menos ya podrán morír en paz en mi memoria, o también en la de otros...
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