Guía mi espada.

Poesía y relatos.
Invitado

Guía mi espada.

Mensajepor Invitado » Sab Mar 05, 2005 1:23 am

Guía mi espada.



La contienda le pasó factura, el tobillo ya no sangraba, la sangre coagulaba, tinajas de barro podrían construirse sobre él, gangrena burdéos que hacía juego con su antifaz, la pequeña mancha crecía hasta alcanzar su rodilla, el caballo galopaba, mientras su dolor se consumaba.
El atardecer más incomprensible atrapaba el cielo y lo encerraba bajo él, sin luz, llegaba el frío, con el frío, el hueso calaba con la piel.
Solo dos brazos, una pierna, y un corazón dispuesto a guiarle para acabar con su pesadumbre.
Antes de la muerte, un leve calor, una esperanza, y un rio de color verde que le dejaba ver la claridad última azul del cielo, ahí estaba, ya muy cerca, poco quedaría para atravesarle con su acero.
La peste consumía la carne, la devoraba hasta hacerla trizas, su virus comenzaba por la mejilla, torcía el gesto, irritaba los ojos, y oprimía el pecho.
El mayor de los halagos, sentirse correspondido.
Ni el mayor de los caballeros, ni el más poderoso de los gigantes, ni el más sabio de los magos pudo atravesar su coraza, solo existía el momento donde su defensa se desprotegía, y ahí estaba su pecho idenfenso sin metal.
El embeleso, mirada y caricia, las armas para apartar su escudo y sable, el primer ataque, una breve incisión en el corazón, tan solo para sembrar su semilla.
Luego marchaba, para no volver más.
La semilla crecía, con unas débiles raíces en su rojo palpitar, tan solo una extraña ansiedad sentía que con nada podía paliar.
La raíz crecía lenta pero más fuerte, se agarraba a sus venas, se apoderaba de su sentir, y crecía por sus arterias, adosada con pasión, sanguijuelas que se hacían llamar palabras de conquista, siempre, sin lugar para el perdón.
Al llegar la mañana el caballero montó en su lomo, dio de beber a su caballo, y partió rumbo hacia donde él estaba.
El árbol tomó forma, mientras desaparecía de su vida, más lejana estaba la causa, más patente era la enfermedad.
Las raíces volvieron su sangre verde, hicieron de su cuerpo un lugar para su huesped, un lugar que jamás debió acojer.
Nuevo y viejo frío al irse el sol, fría lluvia para peinar sus cabellos y aliviar su herida abierta, el caballero agarró con fuerza su empuñadura, y tomó el galope frente a la tormenta.
Tras cruzar la última ladera, la tormenta se hizo insostenible, el caballo cayó y bajo él el caballero.
En su plenitud, hubiera escapado de cualquier combatiente, con su enfermedad, tan solo el brazo que sostenía su acero pudo conservar.
Llegó la mañana del tercer día y el caballero tan solo conservaba el poder de su pierna, y la guía de su muñeca valerosa, última hierba sana que huía de sus raíces enfermas sosteniendo el acero frío, que lo mantenía en la cordura hasta terminar su misión.
Al llegar el nuevo atardecer, tan viejo como los anteriores, al fin el caballero pudo ver el ansiado lugar que anhelaba, la morada de su enemigo, el símil de la venganza.
Solo una pierna ahora podía ayudarle a llegar a él.
Alzó la frente, miró fijamente, aún no soltaba su hierba sana en la cadera, y prosiguió, a pequeñas escapadas de vida, para terminar con su último deseo.
Solo una persona le había derrotado, solo un ser había doblegado su sabiduría, de pelo largo y mestizo, no cual caballero, de mirada distante, gélida, pero a la vez acogedora, aunque tan solo por unos segundos, no cual guerrero, esbelta y poderosa tras su grácil figura, no cual gigante, y brillante, capaz y dueña de él, más aún que el brujo.
Fue ella y no él la que le enfermó el corazón, plantó su semilla, y en su lejanía y distancia está ahora la causa de su dolor, las raices eran ya ramas poderosas repletas de savia pegajosa, que le hacían perder el equilibrio, buscar con ahinco el aire para vivir, y dislumbrar el camino grisáceo para caminar.
Tantos metros como era capaz de ver con su vista empapada a sudor quedaban, cuando la flecha afilada atravesó su única pierna sana.
Cayó de bruces, aún sin tiempo para levantar, cuando su único suspiro transformó su brazo en manantial de viento, arrogante y temible, acariciando la tela de su cinturón, y alzando su brillante acero hacia el cielo, hasta enfrentar su punta brillante con el mismísmo sol.
Ahí de rodillas el caballero tenía su última oportunidad, su brazo poderoso, aún en libertad, sin raíz que le sostenga, su única guía, su espada, su único lugar para acabar, su pecho.
Se acercó sigiloso mientras le contemplaba, moribundo, sangrante, flagelado y claramente enfermo de sinrazón.
-Acaso te consideras con poder y valentía para clavar tu sable en mi pecho moribundo, ni mil milagros lo consentirían.
-Mi única voluntad, guiar mi espada hacia ti, mi última visión feliz, el verte morir.
De brillante y apuesto caballero pasó a enfermo de amor, suavizó su clima, abrazó su valentía y le hizo sentir cobarde y asustado, sembró su semilla en su pecho, y marchó dejándole sin respuesta.
A mayor distancia de palabra, más fuertes eran las raíces que crecían dentro de él, a mayor ansia de deseo no correspondido, un tronco de árbol robusto que no le dejaba respirar.
Ahora con sólo su brazo y espada podían darle venganza, reposo y muerte, solo una guía necesitaba para atrevesar el pecho de su último, pero no más poderoso rival.
-Nada podrás hacerme, pues tu único brazo no podrá con mi cuerpo sano y doblegador, aún así, cuál será tu motivo para querer verme morir
-Pues tú fuiste motivo de arrebatarme a mi única vencedora, la que me doblegó, la que me hizo ser suyo, y la que me abandonó en la distancia e incomprensión, a la que no aceptó mi perdón, y mi único brazo, mi única ilusión, y el único capaz de hacer realidad mi dicha final, guiar mi espada hacia tu pecho.
-Pues clava tu acero ahora si eso te hace morir en paz, no más recuerda y aprende, que tu amada no te amó, y fruto de la peste y no de un imaginario roble murió.
Sin mediar más tiempo, el caballero alzó de nuevo su espada, y guiándola con maestría, clavó su afilada punta en su propio pecho, dándose muerte, y arrancándo aquel pesado roble de su corazón.

¿Quién está conectado?

Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 3 invitados