Llevo semanas intentando expresar sobre el papel todos los sentimientos que me produce recordarte y todo lo que te escupirÃa a tu cara... pero he decido que no merece la pena hablar con una persona que ni siquiera es consciente de sus propios actos, ya que estos en ocasiones tocan los sentimientos d los demás, pero hay esta la frase q siempre te salva... esq esta muy empanao....
Si de verdad te interesa algo en esta vida lo agarras y no lo dejas marchar, tu me demostraste claramente cuales son tus prioridades : una cerveza, un porro y una maquina de tatuar.
Llegue a creer que no podÃa haber nadie como tu, q en realidad eras un actorazo de cojones q se estaba riendo de todos nosotros a la puta cara, pero a dÃa de hoy me es imposible creer q seas tan inteligente, asà q tendré q aceptar como eres aunq eso conlleve q m haya convertido en una persona que no vive más que para odiarte.
El dÃa que salgas de tu mundo, madures y te enfrentes a la realidad, piensa en la gente que estuvo a tu lado y que tu ni siquiera reparabas en ellos sino era pa pasarte el porro... espero que te quede un buen sabor de boca cuando mires hacia atrás.
Gastar tinta en ti, me intento convencer de que no merece la pena, pero a la vez tengo que soltar de alguna manera toda la basura que has conseguido crear dentro de mi, me propuse q este texto fuese d mis mejores, con mi mejor vocabulario, poniendo atención en la métrica, las normas pero eso ya no me importa, solo quiero sacarte de dentro de mi cabeza, ya que ni tan siquiera te mereces este privilegio que es perder mas tiempo en tu triste persona.
TU TRANQUILO Y A LO TUYO
-¿Por qué te fuiste? ¿Por qué te fuiste sin decir nada? Como si huyeses? Como si huyeses de mí, de algo que estaba haciendo que te espantaba y no podías soportar el horror un día más y entonces lo más fácil era correr. Y no quedaba más opción que correr porque la otra era demasiado dolorosa: enfrentarse al horror. Y no pudiste. Fuiste débil y no te culpo. Tal vez fuese un horror demasiado grande: un día te despiertas y te das cuenta de que, atrapado, no tienes más espacio donde moverte. Claustrofobia, dicen. Y yo. Sentarme y mirar por la ventana larguísimas horas. Y acariciar el marco de la ventana. Y sacar medio cuerpo fuera. Libre. Libre. Libre? En ese momento siempre pasa algo; tengo miedo. Al final, nunca me atrevo. No sé si lo hago porque tengo demasiado miedo a que no se acabe todo al llegar abajo. O si lo hago porque albergo la estúpida esperanza de que algún día, cansado de recorrer el ?mundo? decidas buscarme. También albergo la esperanza de que no me encuentres nunca, la esperanza de morirme esperando el tren en el que llegues, la esperanza de que llames a mi puerta y esté abierta y me encuentres desangrada en la bañera. O la esperanza de matarte mientras me mato yo al tirarme por la ventana, de que estés justo debajo, creyendo haber llegado al final del recorrido? ¡Vaya si llegarás entonces! De todas formas no te lo he puesto muy fácil. A saber dónde estoy. Ni yo sé cómo se llama este jodido pueblo como para tú lo sepas. Alejandra lo sabe, pero tú no la conoces. Mi familia lo sabe, pero no serás tan valiente de ir y? No. Yo quiero saber cuál era ese horror. Yo quiero saber qué hago desterrada en el lugar donde se muere la vida, ¡joder! Que aquí no crece ni la hierba y que no puedo dormir por las noches sin tomarme algo. Puede que algún día me pase con la dosis. Unos dicen que no te enteras, pero otros dicen que es una muerte espantosa. No sé. Estoy sola. Tengo miedo. ¿Cuándo vendrás a buscarme? Tal vez tú ya te hayas muerto en algún rincón inundado de suciedad. Y ¿sabes qué? Ojalá.
Ahí estamos, Marina. Podemos formar un grupo de terapia... Juas...
Ahí estamos, Marina. Podemos formar un grupo de terapia... Juas...
¿Quién está conectado?
Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 1 invitado