Que abrazo, que abrazo
a las putas de mi barrio
que me engancho al predecir
cuando aún no voy tocado
y no reniego sin la lucha
cuando aún no me he acostado
en los pasillos de la luna
del morir de tu regazo.
Y me acuno a mi mismo
sobre los labios de un sueño
que se abren con recelo
acordando ser abismo
y sin posarse la sedada
alma de mis cicatrices
sin ser agua callada
de un lago ya sin cisnes
me revuelvo entre sus brazos
como un sombrero al viento
descosido en filamentos
que se acercan como lazos
y despierto descosido
entre el sol de la mañana
con la piel sobre la cama
y mis labios en su sitio.
Que atraco, que atraco,
a la gula naufragada
que sin puerto se percata
que soy puto y ruin bellaco,
descargando sobre el hielo
el calor de las pisadas
y no puedo andar sin nada
si la luna no trae besos.
Y me ensucio la boca
con la miel de tu mirada
en mis sueños congelada
del rocio de las rocas
y se filtra por mi ropa
el calor que eriza piel
mojadito de papel
sin colores se sonroja
y siento falso el alivio
de morir contra tu cuello
como un fiel pajarillo
que va a ver el mar de nuevo,
y atenta mirada fija
comprometo mi universo
resistiendome a tus besos
otra vez no soy realista.
Que amarro, que amarro
jodido a la luna llena
por cargarle mis tres penas
solo, frío y barro,
retrasándome las venas
confundido ando a diario
soy un lobo solitario
loco cazarrecompensas.
Colgado del ciprés que adorna un cementerio, anonadado de las pinturas que olean los sueños. Sangran sobre mi cara tus retratos, respiran contra mis oídos tus manos y siempre despierto en el mismo nicho, apunto de clavarle un colmillo a una lápida, convenicdo de que esta noche sí, los brillos no son fósforo y tus ojos lloverán.
Y será el arco iris diadema,
mi verso de madera,
el fuego un gran cabrón
y la luna traicionera.
Mis aullidos chocarán contra la noche,
que presumida se vestirá de seda,
yo le cantaré putas canciones,
para que no le duela, cortar mis venas.
Y que le den por culo,
pinto un corazón
y me enredo entre sus tizas
que de mi aliento se hacen carbón,
y muerdo el mundo
dientes de amor
por besos suyos,
soy ruiseñor,
poeta de mierda,
bala perdida,
calor para la reina
de mi alma podrida.
Si yo fuera madera,
al cogerme estallaría,
si fuera la luna
apagaría a los días,
y si yo fuera tuyo
tu no serías mía,
porque seríamos uno,
sombra al sol del mediodía.
Yo fantasma,
tú cadena,
yo la fiera
y tú mi presa,
yo el vestido,
tú la dama,
colorido
y amalgama.
Sincerándome, con los calzoncillos por bandera, van versos y versos que salen, naciendo parejos y desperdigados. Maniatados siempre con argollas de papel, vuelan unidos sin destino y se enredan sobre columnas de aire, que juegan con ellos, hasta que ordenados por la brisa más poeta, caen con el Otoño sobre los brazos de una bailarina de cristal. Sus lágrimas, serán rocio.... Yo sigo en mi nicho, con astillas en las manos, intentado comprender de dónde sale ese sueño, y cada vez que la miro... mis lágrimas son de arena y mis orejas, caídas. Esta noche, dormiré hasta que mi corazón salga del pecho, hasta que la sangre inunde mi ataúd, que tu nombre quede con ella escrito en la tapa, las astillas floten y ante mi nueva muerte, sólo quede un corazón junto a tu nombre y mis cien arañazos de plomo. El fuego del infierno, quemará la madera de mis uñas.
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Verdad -Quayle- HDS
Hijo de Puta por Fuera
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