Para tus recuerdos dormidos
Entre firma y firma, alza la vista con gesto cansino en busca de algo que nunca encontró, y tras cerciorarse de que todo está es su sitio, paredes, laminas y relojes. Vuelve a su trabajo, con una vaga sensación, carcomiéndoles las sienes. Ligeramente irritado levanta de nuevo la vista molesto y durante un segundo sus miradas se cruzan.
(Un segundo perdido en un devenir constante, mientras todo lo que es se consume, el no-ser se adueña por un instante de aquello que un día fue.
-...ellas, ellas un día fueron el rayo que ilumina el cielo negro, la brisa que se agita entre las suaves cortinas, el aliento en la mejilla, el sabor del amor...
-Nada queda ya, todo se perdió un día como tantos, una noche como otras...un ultimo suspiro en la ilusión y la tímida llama que tanta veces alumbraba se consumió. Y los restos de todo aquello que tanto importó, pronto fueron cenizas frías y grises, sin ningún tipo de valor.
Noche fría de invierno seco y pedregoso. Junto a la enorme chimenea de una estancia de proporciones monstruosas, dos figuras se caldean, al errante chisporroteo de las llamas.
-Como una hoguera que se consume rápida y alegre, la juventud marchó con paso presto, y con ella de la mano, sentimientos y sentidos capaces con su solo nombre de alumbrar mis mas oscuros miedos y mi terrible pesar....
-Y de todo aquello que asemejo ser infinito, nada nos queda que recordar, se fue el amor que habría de juntarnos por toda la eternidad, dejando una melancolía suprema de aquello que nunca puedo pasar, y hasta aquel sentimiento de dolor y soledad se consumió con el tiempo.
-Quien recuerda pues, tantas cosas, tanta gente. La casi insinuada Nerea, apenas un claro de luna fugazmente susurrado en el paramos de mi primera adolescencia, una impresión, una sonrisa, una tarde juntos...
Un estampido sordo. Una enorme plancha de madera que cubría una de los altos véntales de la estancia cae al suelo, el viento helado inunda la estancia.
-Y el adiós, que nunca pronunciamos pero que se interpuso como un muro entre su cuerpo y mi mirada, la distancia y como sonsuelo el arrepentimiento de todas las cosas que no conocimos...y unos pueriles versos escritos en el reverso de algún folio perdido entra un montaña de apuntes.
-Que lejana parece ya toda aquella angustia derramada en la tinta del bolígrafo sobre folios de satinado medio, después de ella se alzan muchas, dispersas. Una mirada perdida, quizá el resto de un historia narrada en fragmentos, quizá mil cosas que no llegaron a nada, que tuvieron que morir, para que una entre mil pudiera nacer.
-Y total para que? Que conseguimos con ello? En su momento, mitigar el dolor que el tiempo se encargaría igualmente de matar, construir castillos de arena para que se los lleve la marea, versos o palabras que ni aliviaron, ni recordaron, ni son fueron fieles a la vida, ni lo son a la memoria.
El viento sigue su curso, furioso. Azuza las llamas que se consumen con mayor virulencia. La temperatura en cambio, sigue bajando.
-Maria, su recuerdo en su momento fue el bálsamo y motor de nuestras acciones, de su poderosa imagen surgieron los cimientos que habrían de hacernos avanzar, que levantaron la torre de esfuerzo y responsabilidad, del orgullo del ser lo que se es, sin miedo a no ser.
-Ella en cierto sentido no es distinta a nosotros, nunca fue, nunca existió como tal en el momento presente, solo fue el recuerdo de una imagen atrapada en las redes del poder de la palabra, un dolor agudo e hiriente que se clavo como pocos y que salió al cabo como tantos.
Las figuras temblando como hojas suspendidas de la copa de un árbol demasiado alto, se arrebujan aun más en sus gruesas mantas.
-Luego llego Ella, incapaz de ser o de no ser, indefinida y desconcertante, llegó dentro pero nunca penetró, fue triste la despedida pero no dolió, fue amarga la experiencia pero nos sirvió...es extraño nos lo dio todo y apenas la echamos de menos...
-Dependió tanto de nos, que nos coarto la libertad, nunca estuvimos preparados para la exclusividad de una relación asi, nunca quisimos ejercer ese poder que se nos concedió si ya nos costó ser responsables de nosotros y ser consecuentes con nuestra realidad, ¿Como íbamos a serlo con otra segunda realidad?
-Me temo que no estamos siendo justos con Ella... Que me dices de Ana? Como no haber amado su cuerpo de lujuriosa elasticidad, ni sus curvas de obscena simpleza...
-Si pero nada transcendió, le debemos mucho si, pero aun así estamos en paz.
-Y el futuro los nuevos horizontes que se abrieron después ante nosotros, todo aquello que pudimos ser y amar, y que nunca conservamos, aquella serie de rostros que poblaron tanto tiempo nuestros sueños, para marchar al alba sin el recuerdo de un nombre al que aferrarnos.
-Todo es y ha sido y será, pero nada nunca como antes, ni como después, simplemente como siempre que es a la vez, como nunca.
Tras una débil e inestable protesta el fuego se extingue, cansado de luchar. Mientras dentro, el huracán se calma lentamente. Las figuras cansadas caen en un sueño inquieto.)
El segundo pasa, y su mirada se separa de la de ella, las chispas de reconocimiento que brotaron de los mas hondo se apagan. Ahora es solo un rostro más, entre una multitud perdida, montañas de documentos aun por catalogar se apilan sobre la mesa y aplicado vuelve al trabajo sin un solo gesto que traicione su aséptico semblante.
Para tus recuerdos dormidos, relato
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